Cuando te acercas a la mediana edad, comienzas a sentir que estás envejeciendo, que ya no estás en «tus mejores tiempos» y que ya no estás para nuevas emociones. Sin embargo, todo es parte de la presión que la sociedad nos ha impuesto desde niñas.
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Las mujeres vivimos bajo la idea de que «a cierta edad» dejamos de ser hermosas e interesantes sin embargo, cuando aprendes que aún tienes mucho amor para dar y recibir, te das cuenta de que nada apagará tu brillo.
Los cuarenta no son una condena, al contrario, son el inicio de una nueva etapa llena de nuevas experiencias a las que debes estar abierta.
Amar no necesariamente significa tener una pareja. Puedes amar a tus hijos, a tus amigas o incluso a tus mascotas. ¡Todo lo que llene tu corazón te suma vida! Pero cuando aprendes a darte amor, tienes un arma muy poderosa que te embellece y rejuvenece.
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A los cuarenta sigues siendo hermosa pero debes aprender a amarte todos los días.
No necesitas demasiado maquillaje ni tampoco ponerte cierta ropa o cambiar de corte de cabello, siguiendo lo que la sociedad te impone. Todo lo que hagas debe ser porque así lo quieres, porque te sientes cómoda con ello y porque es lo que te gusta ver todos los días en el espejo.
A los cuarenta sabes lo que quieres después de todo, has tenido las experiencias suficientes como para ver la vida con una perspectiva más madura. Pero no te cierres a los que «debería ser». Olvídate de esas normas sociales que dicen cómo debe ser una mujer cuando alcanza la mediana edad.
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¿Quién dijo que una mujer ya no puede ser deseable? ¿Quién dice que una ya no está para nutrir su mente y explorar nuevos horizontes? Ya has pasado por muchas decepciones, rupturas y dolores de cabeza como para estancarte en expectativas vacías.
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Es momento de reinventarte y a redescubrirte, encontrando un nuevo significado de la vida. No es momento de ceder ni darte por vencida. ¡Aprovecha las oportunidades que por miedo o por compromiso no tomaste en el pasado. Viaja, conoce gente, baila, ten esa noche de tragos coquetos con tus amigas o escapa con tu pareja -si la tienes- libre de hijos y responsabilidades por un fin de semana.
No tienes que tener una rutina ordinaria a los cuarenta. Puedes hacer nuevas amistades, ser guía para otros y disfrutar de una vida sin tantas presiones. Aún cuando el mundo puede ser un caos, te mereces un respiro.
Haz ejercicio, aprende a cocinar nuevos platillos pero todo lo que hagas, que sea para hacerte sentir bien contigo misma. Comienza un proyecto nuevo, no importa si es un pequeño jardín en tu hogar o hasta un negocio en el que puedas explotar todo lo que has aprendido.
Este es momento de que te ames más que nunca.
Muchas mujeres pasamos la mayoría de nuestros primeros 20 años conteniendo sentimientos o complaciendo a otros. Pero a los cuarenta, finalmente aprendes a ponerte en primer lugar, y es mágico. Así que es momento de relajarte y dejar de ser tan crítica contigo misma. Ámate a ti misma como eres, pero ámate a ti mismo lo suficiente como para cambiar si quieres.
Te darás cuenta de que cuando aprendes a amarte a los cuarenta años, luces más bella y radiante
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