Crecer con una tía puede ser lo mejor que te pueda pasar en la vida. ¡En serio! Es una mujer llena de sabiduría que, aunque tiene el derecho a regañarte, terminará ayudándote a escapar del castigo.
No es extraño que en las series y películas, los protagonistas siempre acudan a las tías cuando necesitan un consejo o un golpe de realidad.
Las tías parecen tener la solución a todo. ¿Te rompieron el corazón? Tu tía no dejará de decir que mereces algo mejor. ¿Te peleaste con tus padres? Tu tía se hará cargo de hablar con ellos. ¿Tuviste problemas con alguien y terminaste actuando mal? Tu tía se encargará de hacerte ver tus errores para que aprendas de ellos.
Y es que piénsalo, las tías ejercen su autoridad de manera diferente a tus padres porque ven las cosas desde afuera. No se involucran por completo en tu crianza pero sí pueden influir en tu perspectiva de la vida.
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Una tía puede convertirse en una figura materna y al mismo tiempo en una amiga en la que confías tus secretos y que te da los mejores consejos de vuelta.
Aunque también existen las tías que son rudas y molestas, porque sientes que se entrometen en tu vida y no te entienden, la mayoría de las veces lo harán porque se preocupan por ti.
Una tía siempre querrá que seas mejor.
Porque una tía es una especie de gurú que te hará sentir lo suficientemente segura y poderosa como para enfrentar los obstáculos de la vida. Ella te enseñará a toma el control y a no tener miedo a ir siempre por más.
Gracias a ella has aprendido a defender tus ideales. Mientras tus padres van caminando a tu lado conforme vas creciendo, una tía te cuida la espalda siempre. Por eso, no extraño que te sientas segura y aliviada cuando piensas en ella.
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¿Cuántas veces no salió en tu defensa cuando estabas en medio de una batalla campal con tus padres o hermanos? Sí, quizá también te dijo tus verdades pero eso te ayudó a forjar carácter.
Gracias a ella sabes lo mucho que vales, después de todo, te enseñó a que no debes dejarte de nadie. Ella te ayudó a establecer el estándar para lo que mereces y te enseñó que no tienes que tolerar ni conformarte con nada menos que eso.
Una tía siempre te hará ver que eres responsable de tus errores.
Sí, quizá pueda ser muy dura a veces pero gracias a ella, te diste cuenta de las veces que no tuviste razón y cuando perdiste de vista tus valores. Todas hemos actuado impulsivamente y hemos terminado haciendo o diciendo algo que no deberíamos. Sin embargo, una tía es la persona indicada para señalar lo que no está bien.
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Ella puede ser la más consentidora del mundo y también la más enojona, pero de ella has aprendido las lecciones más valiosas.
Si tienes la suerte de haber crecido con una tía e incluso aún tenerla a tu lado, sabes que siempre estará para ti. De una u otra forma, te ayudó a encontrar tu camino, a enfrentar la adversidad y ser siempre tu mejor versión.
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