El matrimonio es ciertamente sobre el amor, la conexión y la compañía. Pero también es un trabajo en equipo de todos los días con el fin de mantener un hogar.
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Sí, la diversión está pero también hay responsabilidades que cumplir. A nadie le gusta estar lavando platos o baños cuando se puede estar en el sillón viendo una película, pero es un trabajo que se tiene que hacer y la mujer no tiene que ser la única encargada de ello.
El trabajo doméstico es un trabajo repetitivo y aburrido que tenemos que enfrentar todos los días. Sin embargo, no se puede ignorar y no desaparecerá.
Los estereotipos de la sociedad nos han hecho creer que las mujeres somos las encargadas de mantener el orden en el hogar mientras el hombre sale a trabajar. Los niños por supuesto, vienen incluídos en la lista de tareas. Mientras el hombre provee seguridad económica, la mujer mantiene el orden.
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Si ambos viven en el mismo espacio, entonces ¿por qué no puede ser tarea de los dos mantenerlo limpio? Si los hijos son de dos, ¿por qué no pueden cuidarlos ambos?
Las reglas del juego han cambiado y hoy las mujeres también salimos todo el día a trabajar, también ocupamos puestos importantes y ganamos nuestro propio dinero. Los hombres ya no pueden ir con la excusa de que «son el sustento de la casa». No se trata de que uno asuma más responsabilidad que el otro sino que se deleguen las responsabilidades. Incluso es importante enseñarle a los hijos a participar en ello desde pequeños para que entiendan la importancia de ayudar.
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Otro problema en torno a la repartición de tareas viene de que cuando un hombre ayuda, lo ven como un buen esposo pero olvidan que no es «un favor» sino «una responsabilidad. Cuando un hombre decide ayudar a lavar los platos, esperan a que lo que hacen sea notorio y digno de elogio y muchas veces lo utilizan para negociar otros bienes y servicios de sus esposas (sí, no faltan los que creen que el sexo será su recompensa).
Es cierto que muchos esposos están más dispuestos a participar, pero las cosas están lejos de ser iguales. Cuidar el hogar todavía está directamente sobre los hombros de las mujeres, a pesar de que muchas tienen otras responsabilidades fuera de este.
No es solo la cantidad de trabajo que sino también el tipo de tareas que se asignan. Aún cuando ayudan, muchos hombres consideran que solo ciertas tareas son apropiadas para ellos.
Si bien las tareas domésticas pueden no conducir directamente al divorcio, es una puerta trasera que puede interrumpir un matrimonio. Pero también los resentimientos que desarrollamos porque las mujeres nos sentimos sobrecargadas afectarán.
Las tareas domésticas son una responsabilidad compartida pero si no se maneja correctamente, pueden afectar negativamente otros aspectos de la relación y ser una causa importante de problemas matrimoniales. No debería ser pero seguimos aferrados a esas normas tan anticuadas sobre los roles de género. Hay que entenderlo de una vez:
No necesitamos los hombres ayuden con las tareas del hogar, necesitamos que colaboren