La pandemia de coronavirus obligó a ciudades enteras a tomar medidas de prevención drásticas como lo fue el distanciamiento social y el confinamiento. Y mientras que esto ayudó a evitar una mayor propagación y caos, desató otras situaciones en torno a la salud mental de muchas personas.
Han sido tres meses o más en encierro, lejos de quienes más queremos y de todo aquello que disfrutamos en el exterior. Ante una restricción prolongada de nuestra libertad, es inevitable caer en desesperación, ansiedad y estrés.
Eso sí, poco a poco se ha comenzado a hablar de un 2nueva normalidad», en la que poco a poco estaremos regresando a nuestras actividades.
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El distanciamiento social y el aislamiento se han convertido en una amenaza para nuestro estado general de bienestar pero es algo con lo que poco a poco tenemos que aprender a lidiar.
El problema está en que ahora no sólo nos da miedo el virus o la incertidumbre que provocó esta crisis mundial, sino que además, muchos nos rehusamos a salir de la comodidad y seguridad de nuestro hogar.
Salir de la casa se ha convertido en una misión llena de obstáculos. Hay que pensar en tantas cosas: hacer lo que tenemos que hacer lo más rápido posible, evitar acercarnos a otra persona o tocar ciertos objetos, llevar cubrebocas, desinfectar, cambiarse de ropa, ¡son demasiadas nuevas condiciones!
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Pero mientras que esto sucede, también está la parte en la que no puedes evitar pensar en lo mucho que extrañas a tus amigos, las fiestas familiares, las salidas a comer, al parque o al centro comercial. El distanciamiento social y el confinamiento también hizo que muchos pusieran en pausa actividades recreativas como deportes o clases de baile.
La idea de salir de casa se ha convertido en un miedo constante pero al mismo tiempo, se extraña la vida que llevábamos antes, en el exterior.
Aún no hay respuestas sobre el control o el fin de la pandemia pero si algo podemos hacer es aprender a controlar ese miedo que sentimos para que poco a poco volvamos a la normalidad.
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Todos extrañamos a nuestros amigos, todos queremos volver a abrazar a esa persona especial o a salir a caminar sin temor a que algo nos pase pero por ahora, la realidad indica que tenemos que ser muy cuidadosos. Esto pasará. Mientras tanto, es importante acatar las instrucciones de seguridad, respirar profundo y dominar nuestras emociones.
A pesar de la distancia, podemos seguir conectados con quienes queremos; podemos seguir bailando y teniendo muchas razones por las que estar agradecidos y felices. No pierdas de vista aquello que te ha hecho ser tan fuerte hasta ahora y aférrate a esa buena energía.
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