Cameron Díaz es una de las celebridades más herméticas del espectáculo; sin embargo; cada vez que aparece en público, el mundo centra la mirada en una sola cosa: sus arrugas.
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Es inevitable mirar sus publicaciones y encontrar comentarios que dicen que se ve descuidada o que ha envejecido. Y mientras que para algunas mujeres las arrugas son una razón para sentirse avergonzadas, para otras como Cameron, son un símbolo de los años bien vividos.
La actriz siempre fue uno de los rostros más bellos de Hollywood pero su carisma la convirtió en la protagonista favorita de las comedias románticas. A pesar del éxito, Díaz decidió alejarse de los reflectores pues se sentía demasiado abrumada y quería enfocarse en su vida personal.
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Quizá no se exponga tanto como otras famosas pero de una forma u otra, ella se ha convertido en un ejemplo para muchas. Al natural, sin filtros y sin miedo al qué dirán, a sus 49 años, Díaz ha demostrado que no hay por qué sentirnos avergonzadas de las marcas en nuestra piel.
Las mujeres no tenemos que tenerle miedo a los años.
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Envejecer es inevitable y las arrugas llegan con el paso del tiempo. Llega un momento en el que al sonreír se nos forman las llamadas patas de gallo y ocultarlas se convierte en una misión imposible. Pero Cameron las ha mostrado orgullosa. Ella nos recuerda que esas arrugas en los ojos son reflejo de lo felices que hemos sido.
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Es momento de dejar de vivir presionadas por cumplir con los estándares de belleza que la sociedad nos impone. Es momento de dejar de creer que cuando llegamos a cierta edad dejamos de ser hermosas o deseables. Hoy más que nunca, debemos aprender a aceptar los cambios en nuestro cuerpo y ver todas esas marcas como un símbolo de los buenos recuerdos que vamos acumulando.
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