Marilyn Monroe fue autora de la frase «El amor no necesita ser perfecto, solo necesita ser verdadero«; y muchas otras que han pasado a la historia. La famosa estadounidense se convirtió en uno de los iconos de empoderamientos en los años dorados de Hollywood.
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Su frase hace reflexionar a quien la lee por la verdad que encierra en tan pocas letras. Muchas veces nos enseñan a soñar con las princesas y los príncipes de Disney, con un amor perfecto, incondicional, que sabe exactamente lo que queremos sin necesidad de decirlo, y que siempre está para tomarnos la mano.
¿El problema? Es una idea quimérica que solamente funciona en pantalla. Un amor no puede ser perfecto, simplemente porque nosotros no lo somos. Siempre tendrá sus altas, y sus bajas, sus momentos caóticos, y los que parecen sacados de un cuento.
El amor no es perfecto
Si esperamos jamás tener un altercado con la persona con la que estamos compartiendo nuestra vida, saldremos en definitiva muy decepcionados. Tampoco se trata del otro lado de Hollywood que se ha encargado de romantizar las partes tóxicas de una relación.

Es encontrar un equilibrio. Aceptar que hay momentos en los que no estarás de acuerdo, y otros en los que tendrás que ceder. En el momento en el que esa persona te robe más paz mental de la que te aporte, es cuando tienes que poner un alto.
Entender que lo más importante del amor es que sea mutuo y verdadero. Un amor tiene que tener esos fundamentos para construir una historia fuerte en el futuro. Las relaciones son complicadas, la vida trae consigo obstáculos, y si queremos que sobreviva nuestra relación las bases deben estar bien puestas.

No esperemos ese amor perfecto que nos venden, mejor busquemos ese amor verdadero que sí existe.