La tarea del amor propio
Parece una tarea complicada amarse a sí misma cuando tendría que ser tan natural. Desde la infancia se nos dice todo lo que se espera de nosotros, lo que debemos conseguir, y cómo tenemos que vernos alejándonos de nuestra verdadera esencia.
Soñamos con vernos con el estereotipo de belleza que en ese momento está en televisión, y comenzamos a odiar el reflejo de nuestro espejo por no ser igual. ¿El problema? Lo que vemos en televisión no representa más que a una pequeña parte de la población.
La belleza no son medidas, no es un color de piel, o un tipo de cabello. Es momento de comenzar a amarnos para que esas heridas con las que por tanto tiempo hemos vivido comiencen a sanar.
Ya no podemos continuar comparandonos con todos o deseando cambiar cada aspecto de nuestro ser. Cuando nos reconciliemos con nosotras mismas, y comencemos a amarnos, la perspectiva de cómo vemos todo empezará a transformarse.
Es una batalla de todos los días
No es fácil ni es una tarea que se pueda dejar aparte. Es una lucha de todos los días, algunos días se perderán las batallas, pero lo importante es que en su mayoría podamos sentirnos bien en nuestra propia piel.
La belleza de la vida es la diversidad de la misma. Hay múltiples inteligencias, talentos, personalidades y bellezas; algo que para esta época ya tendríamos que aprender, pero nunca es tarde.
El amor propio o la falta de éste interfiere en todos los aspectos de nuestras vidas, mucho más de lo que imaginamos. Si nosotras no nos amamos, no podemos aceptar el amor que merecemos, ni tampoco tomar de la vida lo que nos corresponde.
Una estabilidad emocional es el pilar principal para construir nuestro camino. Creemos que cuando seamos jefas, cuando seamos más delgadas, cuando encontremos el amor comenzaremos a vivir. Pero, ¿por qué no empezar desde ahora?
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