Estamos atravesando por momentos complicados. La humanidad parece derrumbarse poco a poco entre el estrés y la ansiedad. Nos encontramos navegando en un mar de incertidumbre; algunos en barco, otros con apenas un salvavidas.
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La actual pandemia por COVID-19 nos ha obligado a mantenernos encerradas en casa, aisladas de todos y lejos de la vida en el exterior. Pero aunque todo sienta más pesado de lo normal, siempre es posible encontrar un chispazo de felicidad y si eres una mujer que ama leer, entenderás a lo que me refiero.
Los libros son un portal otros mundos; un escape momentáneo de la realidad que nos acongoja. No se trata de un montón de palabras, sino un conjunto de historias que realmente nos llenan en alma de mil maneras diferentes.
Leer se trata de abrirse a nuevas ideas, culturas y personas ajenas a ti; de cambiar tu perspectiva o de darte cuenta de que existe un universo entero fuera de tu realidad.
Y es que no importa cuán favorables o desfavorables sean las condiciones en el exterior, cuando disfrutas de la lectura, eres capaz de sacarle provecho a la vida de la de la mejor manera. El encierro no es una prisión para ti y esas cuatro paredes que te rodean, no impiden encontrar la felicidad.
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Las mujeres que aman leer son extremadamente independientes. Tienen un espíritu inquebrantable, son fuertes y orgullosas y aunque a veces pareciera que sólo les importa estar «escondidas·» entre sus libros, son las personas más interesantes con las que te podrás topar en la vida.
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Estar encerrada y aislada del mundo exterior puede hacerte sentir agotada y sin ánimos de nada pero cuando estás inmersa en una buena lectura, eres capaz de olvidar todo ese malestar y sin darte cuenta, recuperas el aliento.
Leer es libertad, un acto de amor propio. No hay cadenas que te detengan una vez que comienzas a deslizar los ojos entre las hojas.
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Leer te da paz, te convierte en una mujer mucho más resiliente y empática con el mundo. Te hace consciente de que todos somos humanos, que todos sufrimos y que lo que realmente anhelamos es sentirnos conectados con otros.
Y mientras que el mundo puede ser un lugar injusto y caótico, en tus has aprendido valiosas lecciones que te ayudan a sobrellevarlo. Es tu momento y tu lugar seguro; un respiro que te recuerda que todo estará bien.