Los 40 años son una fecha especial y todo eso lo sabemos bien porque lo hemos vivido o porque lo hemos escuchado. Es una fecha que nos lleva a reflexionar sobre nuestros logros y fracasos. También nos lleva a preguntarnos qué es lo que realmente queremos de la vida. Te mostramos 5 lecciones que aprendes cuando cumples los 40 años con esa mezcla de experiencia y juventud.
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1.- Haces a un lado a las personas tóxicas
Antes de los 40 años no sabíamos cómo enfrentar a esas personas negativas que ponen nubes negras en nuestra vida. En esta edad ya puedes detectar a los seres que te roban energía y aprendes a apartarte de ellos. No te empeñas en cambiar a las personas, simplemente las aceptas y te quedan con las que te transmiten buenas vibras.
2.- Buscas vivir más lo que quieres y menos el “qué dirán”
En esta edad tan especial te preguntas si realmente estás experimentando la vida que quieres. Te lleva a replantearte muchas de las actividades que haces y aprendes a hacer lo que realmente te hace feliz. Lo que los demás digan deja de tener la importancia que tenía cuando pones tus deseos en primer lugar.
3.- Aprendes no esforzar nada ni a nadie
A los 40 años te llega la iluminación de que nada obligado es bueno. Esto aplica para parejas, familiares y amigos. A esta edad eres capaz de dejar ir a las personas que no quieren estar a tu lado sin sentirte mal porque ya has aprendido que la vida vale la pena vivirla al lado de quienes te aprecian.
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4.- Dices lo que piensas
A esta edad ya tienes la suficiente experiencia como para no quedarte callada. Aprendes a decir lo que piensas y evitas al máximo aparentar estar de acuerdo todo el tiempo con todo el mundo. La madurez que da la edad hace que tu autoestima aumente tanto que te alejas de la posibilidad de dejar reprimidos tus pensamientos.
5.- Valoras el presente
Dicen que el pasado está en la mente y el futuro es una ilusión. Mientras tanto el ahora es un regalo y por eso se llama presente. Cuando cumples los 40 años aprendes a valorar cada momento. No vives con la ansiedad de lo que no ha pasado ni con la tristeza de lo que no pasó. “Ayer” y “mañana” son los únicos dos días en los que no puedes hacer nada, por eso ahora le das la verdadera importancia que tiene el “hoy”.
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