La copa menstrual ha cobrado una mayor importancia en los últimos años. Seguro has escuchado de ella; es un dispositivo en forma de pequeño recipiente que acumula el fluido menstrual. En los últimos años, las ventas han aumentado considerablemente, la información circula ya en redes sociales, y las mujeres que la usan, no dudan en compartir sus experiencias.
¿Desde cuándo existe?
Pero, ¿la copa menstrual desde cuándo se inventó? El Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada resumió la historia de forma sencilla. Explicó que su existencia data desde 1867, cuando se patentó en Estados Unidos como la Hockert Catamenial Sac, un diseño muy engorroso que dista mucho de lo que conocemos hoy en día. Casi un siglo más tarde, Leona W. Chalmers retomó la idea e hizo algunas variaciones. Lo que hoy conocemos como el modelo original es muy similar al de ella.
En la actualidad, más de 12 marcas de copas menstruales reutilizables se han basado en ese estándar. Ha sido complicada su distribución, y ha tenido prolongadas interrupciones gracias a los prejuicios que existen.
Con el tiempo, los tabúes se han ido disipando poco a poco, pero el camino aún es largo. Sobre todo, por las dudas, y los mitos que existen alrededor de la copa.
Las mujeres que la han probado la prefieren
La BBC (2019), recopiló el trabajo de la revista Lancer Public Health en donde analizó 43 estudios, con 3.300 mujeres de países ricos y pobres. La mayoría se sentía consternada por el dolor, la dificultad para ajustarlo o retirarlo, o simplemente por las fugas que podía llegar a tener.
No obstante, después de la recopilación se encontró que en 13 de los estudios, el 70% de las mujeres querían continuar usando las copas menstruales una vez que se acostumbraban a ellas.
La autora del estudio fue Penelope Phillips-Howard de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool. Ella destacó la falta de investigaciones que hay cuando hablamos de productos sanitarios femeninos.
«A pesar de que existen 1.900 millones de mujeres en todo el mundo en edad de menstruar y que pasan un promedio de 65 días al año con el flujo sanguíneo menstrual, hay pocos estudios que comparen productos sanitarios», señaló.
A continuación presentaremos los 5 mitos más comunes que hay, y que fueron contestados por una de las representantes de la marca Diva Cup.
Los mitos de la copa menstrual más comunes
1.- Es antihigiénica:
Mito.
La copa menstrual favorita del mercado está hecha con silicón de grado médico. Este material, no alberga bacterias si se mantienen buenos hábitos de limpieza. La representante comenta que, las toallas pueden ser más antihigiénicas por estar en contacto con la piel. Sin embargo, depende de la rutina sanitaria de cada mujer.
También recaló, es importante que al comprar tu copa menstrual verifiques que esté certificada. Han salido varias al mercado que son copias no aprobadas; aunque pueden salir más económicas, no sabes de qué material está hecho, y cómo afectará a tu salud.
2.- Todas necesitan la misma copa:
Mito.
Hay dos tallas estándar. Talla 1; mujeres de menos de 30 años, y Talla 2; mujeres mayores de 30 años, y que hayan tenido hijos. Las medidas y especificaciones dependen de la marca.
3.- Es dolorosa.
Mito.
Es material flexible, y se amolda por lo que no genera dolor. Es cuestión de acostumbrarse a introducirla.
4.- Es demasiado cara.
Mito.
Es mucho más económica cuando se ve en términos de largo plazo. La puedes encontrar desde 600 a 800 pesos.
Aparte, es mucho más amigable para el medio ambiente. Teniendo en cuenta que cada toalla sanitaria pesa 5 gramos, una mujer produce 65 kg de basura al año sólo de este producto.
5.- Es muy incómoda.
Mito.
Al estar en el interior del cuerpo, es mucho más cómoda que otros productos. Asimismo, puede usarse desde 12 horas continuas. La puedes llevar para hacer ejercicio, correr, nadar, en el gimnasio y no la sentirás.
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