A menudo se asocia la felicidad con estar rodeado de gente. Tener amigos para conversar, para compartir y pasar el rato. O tener una pareja para sentirnos amados y deseados. Esto se cumple en muchas personas, pero en otras no y un reciente estudio afirma que quienes prefieren estar en soledad son más inteligentes.
Así lo afirma un estudio publicado por el British Journal of Psychology, donde analizaron la relación entre la inteligencia, la densidad de la población y la ‘felicidad moderna’.
Quienes disfrutan estar solos pueden ser más inteligentes que el resto
“Proponemos la teoría de la felicidad de la sabana, que sugiere que no solo son las consecuencias actuales de una situación dada sino también sus consecuencias ancestrales las que afectan la satisfacción de la vida de los individuos y explica por qué tales influencias de las consecuencias ancestrales podrían interactuar con la inteligencia”, explican en el estudio, realizado por Norman P. Li y Satoshi Kanazawa.
A partir de esta premisa, analizaron los factores que actualmente ‘garantizan’ la ‘felicidad moderna’ como lo es la “frecuencia de socialización con amigos y la densidad de la población”, refieren los autores.
Y llegaron a la siguiente conclusión: en efecto, “la frecuencia de socialización con amigos se asocia positivamente con la satisfacción con la vida. Más importante aún, las principales asociaciones de satisfacción vital con la densidad de población y la socialización con amigos interactúan significativamente con la inteligencia”.
Pero ocurre totalmente lo contrario con las personas extremadamente inteligentes. “Las personas más inteligentes experimentan una menor satisfacción con la vida social con amigos con mayor frecuencia”.
Es decir, que las personas muy inteligentes se sienten más cómodas haciendo cosas en soledad, que rodeados con mucha gente. De alguna forma se sienten autosuficientes, muy cómodos consigo mismos y socializan menos.
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