Es muy importante tener buenas amistad para así poder alcanzar una estabilidad emocional adecuada. Son los amigos quienes te dan miles de alegrías, te sostienen cuando no tienes fuerza, y te dan momentos inolvidables.
PUBLICIDAD
Uno no deja de hacer amigos, y no necesariamente todos se quedan en su vida. Aún así, los lazos que se forjan en la preparatoria son tan fuertes que son difícil de olvidar. ¿Te sientes identificada?
1.- Han visto tu crecimiento.
Te conocen desde tu adolescencia –mínimo– hasta la edad adulta. Todos tus cambios (si engordaste, adelgazaste, cambiaste de estilo) lo han visto ellos, y puedes reírte de eso con estas personas.
2.- Son como familia.
Ya han sido tantos años que tienes casi la misma confianza o hasta más que con tu propia familia. Son guardianes de todos tus secretos, problemas, alegrías e inseguridades.
3.- Te conocen en todas tus facetas y así te aman.
Han visto todas tus etapas, y han amado cada una de ellas. Si ya han visto todos tus cambios y aún así te aman…son para siempre.
4.- Ya no hay pena con ellos.
¿Qué pena hay en quienes vieron tu adolescencia? Esa época de inseguridades, frenillos, acné, y primeros corazones rotos.
5.- Tu primera borrachera fue con ellos.
Cuando incursionaste en el mundo del alcohol por primera vez…fue con ellos. Has pasado casi todas las «primeras veces» con tus amigos de preparatoria, y no hay nada más hermoso que eso.
PUBLICIDAD
6.- Conocen tus momentos más vergonzosos.
La vez que te crush te rechazó, te rompieron el corazón, te estabas encontrando a ti mismo y la regaste… ellos han estado ahí sin juzgarte o al menos no demasiado.
7.- Te recuerdan tu pasado.
Al conocer todas tus raíces, te recuerdan cuando estás cambiando para mal. Te dicen todo sin miedo, porque ellos saben todo de ti.
8.- Los chistes locales
Nadie entiende sus chistes locales, y es muy divertido tener un contexto tan grande con ellos.
9.- Descubrieron su identidad.
Juntos supieron descubrirse a ustedes mismos, y no hay nada que te una más que eso.
10.- Pasaron todas las etapas juntos.
Las transiciones más fuertes de la vida las han pasado de la mano.