Los seres humanos somos sociales por naturaleza, lo que significa que para sobrevivir, es esencial conservar amistades, familia, pareja o cualquier otra red de contactos.. Es así como una nueva investigación presentada en la 125ª Convención Anual de la Asociación Americana de Psicología revela que aquellas personas que sufren de soledad y aislamiento, tienden a tener problemas de salud más grandes de lo que se pensaba.
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De acuerdo con los expertos, la soledad puede ser tan dañina como el tabaquismo y la obesidad, teniendo un impacto en la reducción de la longevidad. Esto se ha convertido en un problema de salud pública, especialmente para los adultos mayores. que sufren de abandono.
«Estar conectado con otros socialmente se considera una necesidad humana fundamental, crucial tanto para el bienestar como para la supervivencia», dijo la psicóloga Julianne Holt-Lunstad, de la Universidad Brigham Young.
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Un estudio de 2010 de AARP de adultos de 45 años en adelante descubrió que más de un tercio de los encuestados se sentía solo, y que la soledad y la mala salud iban de la mano.
Para cuantificar el impacto de la soledad y el aislamiento, Holt-Lunstad realizó dos metanálisis separados de la literatura científica, revisando un total de 218 estudios. Su primer análisis descubrió que una mayor conexión social está relacionada con una disminución de hasta un 50 por ciento en el riesgo de muerte prematura.
El segundo, que incluía datos de más de 3,4 millones de personas en América del Norte, Europa, Asia y Australia, sugiere que el aislamiento social, la soledad y vivir solo pueden ser tan perjudiciales para la salud de una persona como otros riesgos comunes. (El estudio de AARP también concluyó que el aislamiento prolongado conlleva los mismos riesgos para la salud que fumar 15 cigarrillos por día).
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«Existe evidencia sólida de que el aislamiento social y la soledad aumentan significativamente el riesgo de mortalidad prematura, y la magnitud del riesgo excede la de muchos indicadores de salud principales», dijo Holt-Lunstad.
La soledad tiene claras consecuencias para la salud mental, agravando la ansiedad, la depresión y los síntomas relacionados con el estrés. Además, sabotea nuestra salud física.
Según dos investigadores destacados, la soledad desencadena una respuesta inflamatoria y amenaza nuestro sistema inmunológico. Estos cambios incluso se pueden detectar a nivel celular. El nivel de toxicidad de la soledad es sorprendente.
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