“Tal vez —pensó— no existen los buenos y los malos amigos; tal vez sólo hay amigos, gente que nos apoya cuando sufrimos y que nos ayuda a no sentirnos tan solos. Tal vez siempre vale la pena sentir miedo por ellos, y esperanzas, y vivir por ellos. Tal vez también valga la pena morir por ellos, si así debe ser. No hay buenos amigos ni malos amigos, sólo personas con las que uno quiere estar, necesita estar; gente que ha construido su casa en nuestro corazón.”, Stephen King.
El peligro de una amistad tóxica
Los amigos son esas personas que está cerca de ti en todo momento. En las buenas, en las malas, y en los momentos en donde se necesita una mano para sobrellevar los obstáculos de la vida.
Se supone que son aquellos que dará bienestar a tu día a día. No es que siempre sea fácil, y que las peleas no existan entre ustedes. Las relaciones son difíciles, los roces siempre estarán, pero la forma de sobrellevarlos es lo que hace una amistad valga la pena.
El mismo Stephen King escribió en el libro It una hermosa definición de amistad. Porque tal vez no existen los buenos y malos amigos pero sí están los tóxicos.
Evidentemente no los puedes medir según los estándares del entretenimiento. Ellos no leen tu mente ni tampoco dejarán todo para estar contigo porque tienen una vida propia y problemas diarios. Sin embargo, sí sostendrán tu mando cuando más lo requieras, te enfrentan cuando es necesario y no te harán sentir peor.
Son aquellos que pueden tener errores, pero saben aceptarlo o escucharte con tal de no herir tus sentimientos. Quien te quiere no te lastima ni busca hacerte daño, y salir de una amistad así es muy difícil.
Sobretodo porque con los amigos abrimos nuestro corazón por completo y supuestamente son para toda la vida. Una traición o dejar ir a alguien que significó tanto en tu vida siempre será un momento muy complicado que solo te hará una persona más fuerte, más genuina y más pura.