Te entiendo, confiaste en esa persona, le dejaste ver tu lado más vulnerable y le entregaste tu corazón. Creíste que sería el amor de tu vida, que construirían un futuro juntos y que jamás soltaría tu mano. Pero te diste cuenta de que todo eso estaba sólo en tu cabeza, que no sería para siempre y que en realidad no te veía con los mismos ojos.
Sé que es fácil acostumbrarse a esa vida, donde sin darte cuenta, pierdes de vista tu propio valor y terminas conformándote con la primer persona que te suelte palabras bonitas. Y quizá ahora estás tratando que esto funcione, quizás aún conservas las esperanzas de que todo cambiará pero no es así. Jamás te quedes donde no te valoran. Porque mereces tanto amor como el que das y más. Mereces alguien que te hable con respeto y cariño, alguien que te ponga primero, que te de el mundo y te aprecie por todo lo que eres.
Si la otra persona no quiere comprometerse, no vale tu tiempo. No es justo darle tu tiempo a alguien que prefiera a sus amigos sobre ti o que mantenga un estatus «indefinido» contigo. «A medias» no se construye nada.
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No dejes que te confundan sus palabras bonitas que al final se convierten en palabras vacías. No pierdas tu tiempo con quien solo te ve como alguien que llena sus vacíos o sus noches solitarias y que después, cuando tú lo necesitas, se da la vuelta. Mereces alguien que sepa que vales mucho más que una aventura o una distracción, alguien que quiere entender todas tus capas, alguien que quiere enamorarse hasta de tus defectos.
Con quien estés debe estar consiente de lo que significa tener a una persona como tú a su lado; porque eres más que «una cara bonita» o un «peor es nada». Tú mereces alguien que te valore, que te escuche y que confíe en ti, alguien que no dude de lo que eres capaz y que te enseñe a ser mejor cada día y viceversa.
Así que si esa persona te hace sentir que hoy te ves espantosa o que no eres digna de ser amada, entonces no te quedes. No tienes por qué sentir ese vacío en el estómago ni en el corazón. No hay mayor acto de amor propio que salir de ese ciclo vicioso donde no te valoran. No necesitas que nadie más te diga lo hermosa que eres más que tú misma. Cuando te sientas terrible es cuando más necesitas de tus brazos amorosos y cariñosos para llenar tu cuerpo de paz.
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