Todos tenemos nuestro reloj interno
No hay una fórmula exacta para los corazones rotos. No todas las historias son iguales, ni la forma de reconstruirlo tiene que seguir los mismos pasos.
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Hay algunas áreas en común, pero debemos de entender que todos los procesos son distintos. No puedes hacer una lista, y esperar que todos puedan seguirla al pie de la letra.
Aprendimos en el entretenimiento que la forma de curarnos es unos días de muchas lágrimas, comida chatarra, películas triste y mucho helado.
El problema es que después, aparecen las protagonistas, hermosas, decididas, y conocen en seguida al amor de sus vidas. Lamentablemente no existe esto en la vida real.
Es un duelo que debes trabajar
Cerrar las heridas no es tan rápido. Te despides de una persona que amas, que ya no podrás ver, y se caen todos los planes que un día hicieron juntos.
No solamente es una ruptura, es dejar un hábito que estuvo contigo por tanto tiempo. Muchas veces sentimos la presión de reponernos lo más rápido posible.
Estamos comparándonos con otros, nos da coraje sentir que vamos más lento, y queremos correr como si de una competencia se tratara.
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A algunos les funcionará llorar durante noches enteras, otros tendrán que hablar por meses del mismo tema, y están los que recurren a terapias para cerrar las heridas.
No importa qué camino emplees, con tal que trabajes en ti. Lo único importante es no creer que la solución es ignorar el dolor para que desaparezca.
Lo único que conseguirás es adormecerlo, pero éste saldrá a través de actitudes inconscientes que complicaran tu camino.