Sergio Mora, neurocientífico y director de la Fundación CIEN, Cultura y Cuidad, nos da algunos detalles sobre la forma en que el cerebro reacciona ante el amor:
El amor como droga:
Curiosamente los efectos y sensaciones que genera el estado amoroso son similares a aquellos que se experimentan con el consumo de drogas como la heroína. La reacción en cadena que producen las sustancias químicas (oxitocina, serotonina y dopamina) alteran por completo el equilibrio químico de la mente, no solo produciendo placer; también generando una sensación de recompensa, acostumbrándonos a anticipar estos momentos, llevándonos a fantasear con estas situaciones, generando gran sensación de bienestar y haciéndonos intentar repetir la experiencia, esperando que volvamos a tenerla una y otra vez.
Esto ocurre sobre todo en las primeras fases del enamoramiento, con la liberación de dopamina, un neurotransmisor que está relacionado con la expresión de las emociones y el placer y cuya acción genera una sensación de euforia tan potente que se la compara al estado que provoca el consumo de drogas como la cocaína; generando el deseo obsesivo de estar junto a la persona amada y, cuando esto no sucede, nace un cuadro similar al sindrome de abstinencia a drogas, junto al deseo imperioso del reencuentro.
¿Amor a primera vista?
Científicos han estudiado cuáles son las consecuencias del amor a nivel neurológico y cómo se relacionan las emociones con la química. Algunos resultados han demostrado que los hombres se enamoran con más rapidez que las mujeres, debido a un sistema evolutivo en el que los estímulos visuales priman en mayor medida de lo que sucede en la mujer.
Los nervios del amor:
Continuando con esa sensación de euforia que produce el amor, la noradrenalina también tiene mucho que decir al respecto. Ésta es responsable del rubor y la sudoración que se provoca cuando uno se encuentra ante una persona amada o por la que se siente atraída.
El elixir del amor
Otra de las sustancias químicas que se liberan cuando uno está enamorado es la llamada hormona del amor, es decir, la oxitocina. Esta hormona suele ser más conocida por su función durante el parto porque, a través de la lactancia, favorece el apego madre-hijo, que es también una forma de adicción. Se produce también una gran liberación de oxitocina durante el orgasmo lo que genera apego por la pareja; favoreciendo relaciones monógamas estables.
La Fundación CIEN, Cultura y Ciudad tiene, como uno de sus objetivos, sociabilizar las neurociencias y analizar el impacto que tiene en la educación y en el bienestar humano en general. Es por eso que temas relacionados al cerebro y su comportamiento son de suma relevancia para establecer relaciones científico-educativas. El 21 y 22 de octubre, en Santiago, y el 23 y 24 del mismo mes, en Concepción llevarán a cabo las “Jornadas Internacionales Aprendizaje, Educación y Neurociencias”.
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