Wellness

La razón por la que te toma tanto tiempo darte aceptar de que estás en una relación tóxica

El amor nos ciega y a veces terminamos en una relación que no nos hace bien. Sin embargo, salir de ella puede ser muy complicado

¿Por qué será que nos aferramos a las personas difíciles? Ésta es quizá una de las interrogantes más comúnes cuando de relaciones sociales se trata pero, ¿realmente sabemos la respuesta?

Cuando las personas tóxicas entran en nuestra vida, es muy difícil sacarlas de ahí y peor aún, es difícil aceptar que no nos hacen ningún bien estando ahí.  Es decir, no son buenas para nuestra salud mental, drenan nuestra energía y a veces, nos causan daños físicos, entonces ¿por qué las dejamos?

«Simple»: nos aferramos a las cosas porque son cómodas. Nos aferramos a las personas porque nos conocen y nosotros las conocemos. Y cuando conoces a alguien y conoces la relación, es fácil predecir lo que sucederá.

Pero a veces las cosas a las que nos aferramos y las personas que nos importan son, sin saberlo, tóxicas para nuestro propio crecimiento y felicidad.

Sabemos que no somos del todo felices pero nos engañamos una y otra vez, pero nos da miedo admitir que algo no está bien. Regresamos a eso que nos hace daño hasta que no podemos más pero en nuestra mente «es lo que hay», lo que merecemos y que es mejor eso a nada.

Tendemos a creer que sólo las personas débiles e inseguras terminan en relaciones tóxicas, pero incluso las personas fuertes e independientes pueden encontrarse en medio de una relación insalubre o incluso abusiva, sin saber realmente cómo terminaron ahí. Y es que al final, a todos nos cuesta trabajo aceptar que no estamos bien.

No nos involucramos con alguien sabiendo que será tóxico, después de todo, hasta las relaciones más amorosas y de admiración mutua cambian y evoluciona con el tiempo. Lo que comenzó como lindo y entrañable puede terminar siendo lo que más detestas. Quién eras cuando comenzó la relación podría estar muy distante de la persona que eres hoy. Y a veces, las personas simplemente no son quienes pretenden ser o quienes desearían ser. Si sabemos todo esto, ¿por qué nos aferramos tanto?

Nos han enseñado que nadie es perfecto y eso nos lleva a pensar que una persona «puede cambiar». Entonces entramos en una relación aceptando esto y hasta nos sentimos culpables por querer cambiar a la persona. Perdonamos por sus errores y tratamos de ver sus defectos como algo lindo, nos esforzamos porque las cosas funcionen y si no lo hacen por esa persona, lo intentamos por nosotras. Y si algo se rompe, hacemos todo por repararlo porque nos han enseñado que las relaciones se van construyendo. ¿De verdad a eso se refieren? No. A veces, una relación se rompe tanto que es irreparable y es mejor alejarse.

Esto no es darse por vencida, es ser lo suficientemente honesto como para admitir a ustedes mismos y a los demás que las cosas no están funcionando, y se están reteniendo mutuamente de la verdadera felicidad. Siempre hay esperanza de que la relación que tienes mejore pero las relaciones tóxicas nunca cambian. Lo mejor, es aceptarlo y cambiar el rumbo, lejos de ahí. Las personas necesitan cambiar por su cuenta. Quedarse y esperar que eso suceda es perjudicarse enormemente.

Te recomendamos en video

Síguenos en Google News:Google News

Contenido Patrocinado

Lo Último