Parece irreal no saber identificar cuando una relación se torna tóxica. Desde lejos parece demasiado obvio, pero cuando es tu historia las líneas de lo evidente no son tan claras.
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Uno comienza a normalizar ciertas actitudes y sentimientos olvidando qué se siente tener una relación sin ansiedad. Cuando estamos en una situación similar a ésta el agotamiento mental y físico comienza a tener consecuencias en nuestra vida diaria.
Y aunque pasemos más tiempo intentando justificar el porqué seguimos ahí, en el interior sabemos perfectamente el daño que nos estamos provocando. Es difícil aceptar que es falta de amor propio.
A veces creemos que solamente nos tocó esa historia, o sabemos que es momento de escapar y aún así no podemos. No es debilidad, ni tampoco falta de fuerza de voluntad.
Es muy difícil, y no estamos preparados siempre para soltar a alguien que tanto impacto tuvo en nuestras vidas. Porque sabemos que finalizar la relación, es sacar a esa persona por completo de nuestras vidas, y ¿quién te prepara para eso ?
Ganar estas batallas nos vuelve personas más fuertes, y dignas de ser admiradas. Porque ese es el magnetismo que tienen las parejas tóxicas, te envuelven por completo hasta despersonalizarte.
Parece increíble como alguien que amas y te ama tanto puede hacerte tanto daño. Por eso es importante comenzar a tomarnos nuestro tiempo para conseguir salir de ahí. Es reunir toda la valentía y fuerza, pero es posible.