1.- Su ropa, tu ropa
La confianza con tu prima es absoluta. Desde pequeña o las visten igual, o se heredan ropa, o simplemente has pasado tanto tiempo en su casa que es inevitable que su ropa no se convierta en tuya también.
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Es tener una hermana a distancia a quién también le puedes pedir cualquier cosa, y aguas, porque ella hará lo mismo contigo. Nadie te saca de un apuro tan bien como una prima.
2.- Tiene el mismo contexto familiar
Entiende totalmente tu locura, porque seguramente lo heredaron de la familia. Sabe todas tus manías y comparte mínimo la mitad de ellas. Jamás tendrás que explicar esas situaciones.
Aman a esas tías religiosas, a estos tíos gritones, y se ríen de los chistes de la abuela. Nada te hace sentir en un hogar más que este tipo de conversaciones que cobijan totalmente tu corazón.
3.- Creciste junto a ella
No la elegiste, pero no podrías vivir son ella. Desde pequeña está en tu vida, es de las primeras personas que conoces y se convierte en tu primer cómplice ante la vida.
Te ha visto en todas tus etapas, la más fea, la insegura, la más atractiva… ¡todo! Esas convivencias en domingo familiares, esos viajes, todo ha compartido a tu lado.
4.- Imposible librarte de ella
Pueden pelearse, hartarse, quererse odiar de por vida. Sin embargo, siempre tendrás que verla. No hay forma de escapar de sus problemas, y eventualmente deberás enfrentarlos.
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No puedes evadir las reuniones familiares y eso te obligará a volverla a ve, y el amor fluirá enseguida.
5.- Fue tu primera compañera en juegos
Fue de tus primeros amigos, esa persona que te acompañó en los juegos, te hizo reír y hasta enojar terriblemente siendo niñas. Pero a quien perdonabas a los 5 minutos para proseguir con la diversión.
No hay mejor cómplice que una prima, aquella que siempre te atenderá porque decidiste adoptarla como una hermana.