Por alguna extraña razón, las terapias psicológicas están llenas de mitos y connotaciones negativas que no deberían existir. El tema de la salud mental es complicado y no muchas personas pueden admitir con la frente en alto que van a terapia porque temen que la sociedad lo señale de «locos» o «enfermos».
Lejos de tratarse de algo vergonzoso, ir a una terapia psicológica es necesario para todos. De hecho, todos deberíamos acudir a una por infinidad de motivos: desde estar pasando alguna situación estresante de la vida, hasta para mejorar algunas habilidades personales o para una toma de decisiones que nos sobrepasa. Algunos problemas en su vida pueden ser más tolerables, mientras que otros se sienten abrumadores e inmanejables. Ésta es la realidad: Ningún problema es demasiado pequeño o demasiado grande como para decir que no necesitas terapia.
Asistir a terapia es increíblemente catártico: sentarte y hablar con alguien que no tiene idea de quién eres sobre las cosas de tu vida que no te atreverías a decirle a tus amigos, a tu madre o pareja es mágico.
Los terapeutas no pueden emitir juicios y no les importa si estás teniendo un mal día de cabello, si tu ropa no combina o si estás llorando mientras hablas. Ellos están ahí para escuchar. Así que si aún no estás convencida o si te sientes perdida en el tema, aquí hay cinco razones por las que debería considerar hablar con un terapeuta:
Autocuidado
Del mismo modo que vas al gimnasio para cuidar tu peso o aplicas mascarillas en tu rostro para cuidar tu piel, asistir a terapia es igualmente importante cuidar tu salud mental. Todos necesitamos de un escape pero hay cosas que una mascarilla o una rutina de ejercicio no pueden «curar». Por eso, un profesional de la salud mental, con quien puedas descargar todas las «cosas pesadas» de la vida te dará el respiro que tanto buscas. Hablar de tus problemas sin censurar ninguno de los detalles sensibles puede ser liberador y catártico.
Estás pasando por un gran cambio
Ya sea que estés por empezar un nuevo trabajo, una nueva familia o estás pensando en mudarte a una ciudad diferente. Todo lo nuevo y desconocido representa un desafío y es normal necesitar ayuda con eso. Un terapeuta te dará una perspectiva neutral para que puedas establecer objetivos y desarrollar un plan para alcanzarlos.
Quieres amarte y aceptarte a ti misma
Es normal atravesar por periodos en los que te ves en el espejo y no te gusta lo que ves. Lo que está mal es estancarte en eso y hacerte una imagen de lo poco que vales. La terapia puede ayudarlo a explorar obstáculos para la autoestima y enseñarle formas prácticas para que su felicidad sea una prioridad.
Encontrar significado
Es natural querer entender la razón por la que te suceden cosas difíciles. A veces, cuando no puedes dejar de preguntarte «¿por qué me pasa esto?», ir a terapia es lo mejor para aportar un sentido a una situación difícil. El poder de los problemas a menudo disminuyen cuando los hablas con alguien externo que pueda guiarte. La terapia es un proceso que puede ayudarlo a descubrir la lección o el aspecto positivo que su problema le ha presentado.
Quieres hacer que mejorar tu matrimonio
Muchas relaciones son funcionales, pero ya no son divertidas. La consejería para parejas puede ayudar a mejorar la comunicación y diseñar estrategias para devolver la pasión y el entusiasmo al matrimonio.
Quieres ser mejor para tus hijos
Muchos de nosotros, a pesar de nuestras propias objeciones, volvemos a los patrones de crianza que observamos en nuestra propia infancia. La terapia puede ayudarte a salir de esta rutina y convertirte en la mamá/papá que quieres ser (y que tus hijos necesitan).