El amor nos hace más felices. Pero también podría hacerte perder peso gracias a la hormona que segrega tu cerebro cuando siente amor por otra persona.
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Se trata de la oxitocina, una hormona que desempeña un papel esencial en la interacción social, la confianza, la ansiedad, la reproducción sexual, el parto y el vínculo entre la madre y el bebé, razones por las cuales todos se refieren a ella como la “hormona del amor”.
Aunque la mayoría de las discusiones sobre la oxitocina se centran en su papel durante el parto, también afecta otros aspectos del funcionamiento corporal, incluida nuestra relación con los alimentos, explicó el portal Medical News Today.
Cómo funciona la hormona del amor para hacernos adelgazar
Según una investigación reciente presentada en la reunión anual de la Endocrine Society en Nueva Orleans, “la oxitocina altera la forma en que las personas con obesidad procesan imágenes de alimentos ricos en calorías”.
“La oxitocina puede ser un tratamiento farmacológico prometedor para la obesidad. Investigaciones anteriores demostraron que el aerosol nasal de oxitocina, que aún no es un tratamiento aprobado en los EE. UU., interactúa con los circuitos cerebrales que desempeñan un papel en la conducta alimentaria”, reseñó el artículo médico.
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Para la doctora Liya Keremn, investigadora principal del estudio y endocrinóloga pediátrica en el Hospital MassGeneral en Boston, “saber cómo la droga ejerce sus efectos es un paso crítico hacia el establecimiento de la oxitocina como un tratamiento farmacológico para la sobrealimentación y la obesidad”.
Los investigadores reclutaron a 10 hombres jóvenes que tenían sobrepeso u obesidad, pero que por lo demás estaban sanos. Los participantes hicieron dos visitas al laboratorio de investigación donde recibieron una dosis única de aerosol nasal de oxitocina o un placebo.
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“Después de 1 hora, observaron imágenes de alimentos ricos en calorías, alimentos bajos en calorías y objetos no alimentarios mientras se sometían a imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf). Esta técnica de neuroimagen mide los cambios en el flujo sanguíneo en el cerebro”, detalló la investigadora.
En comparación con el placebo, la oxitocina debilitó la conectividad de las áreas del cerebro relacionadas con la motivación de los alimentos cuando los participantes vieron imágenes de alimentos con alto contenido calórico.
“Este estudio es emocionante porque muestra que la oxitocina modula las vías en el cerebro específicamente durante sus respuestas a alimentos altamente sabrosos y gratificantes”, agregó Liya Keremn.