Para llevar una vida saludable además de comer y hacer ejercicio es clave consumir agua, pero no un poquito, sino una buena cantidad que permita el adecuado funcionamiento del cuerpo.
Por diversas razones nos olvidamos que el agua es vida y que debemos consumirla todos los días. Si aún eres de las que piensas que no pasará nada si no tomas agua suficiente todos los días, aquí te presentamos 8 consecuencias que sufre el organismo si no lo hacemos.
Piel deshidratada
Más allá de las cremas hidratantes el agua es fundamental para tener una piel hidratada y luminosa. Además, el cuerpo necesita suficiente agua para mantener su temperatura ideal, por lo cual si nuestra piel está más caliente de lo normal quizás necesitemos aumentar el consumo diario de agua.
Estreñimiento
El poco consumo de agua influye en la función intestinal. Por ello, cuando la cantidad de agua es insuficiente, la expulsión de desechos sólidos se dificulta y ocasiona dolores abdominales.
Fatiga
Tomar poco agua puede causarte también fatiga y cansancio. Esto produce que al no contar con suficiente líquido, las células de nuestro cuerpo desaceleran sus actividades y generan menos energía.
Boca seca
Si tienes la boca seca, atenta, te falta un buen consumo de agua. Ante ello, es importante siempre llevar una botella de agua para calmar la sed.
Migraña
Las migrañas se asocian a la deshidratación. Esto pasa porque cuando se toma poca agua se dilatan los vasos sanguíneos, y se generan los intensos dolores de cabeza.
Hipertensión
Consumir poca agua reduce el volumen de sangre en los vasos sanguíneos que, deberían estar llenos. Entonces para lograr el funcionamiento del cuerpo con pocas reservas de agua disponible, el organismo libera una hormona llamada “histamina”.
Problemas en los riñones
Si tomas poco agua los riñones no funcionarán bienIngerir suficiente agua estimula a un mejor trabajo de estos órganos, ya que estos son los encargados de limpiar toxinas, urea y sales de nuestro organismo.
Aumento de peso
Los expertos aseguran que síntomas del hambre pueden confundirse con el hecho de tener sed. Así, algunas personas suelen ingerir alimentos cuando en realidad su cuerpo está demandando líquidos.