¿Quién no tiene recuerdos de su infancia jugando dentro de una piscina de pelotas? Aunque este juego era muy divertido y de niños podíamos pasar horas saltando entre las pelotas de colores, una investigación ha destapado que en realidad estos lugares son un nido de gérmenes y pueden ser un foco de infección para los niños.
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El estudio publicado en el American Journal of Infection Control examinó 15 pelotas de seis piscinas ubicadas en clínicas de fisioterapia ubicadas en distintas profundidades. Este estudio encontró que en ellas existe una colonización microbina considerable.
Algunas de las bacterias que se encontraron incluyen Enterococcus Faecalis, causante de endocarditis, septicemia, infección del tracto urinario y meningitis, así como bacterias que provocan infecciones en el torrente sanguineo, síndrome de dificultad respiratoria, neumonía e infecciones de la piel.
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