Comerse las uñas puede estar ligado a los nervios del momento o simplemente a un mal hábito. Sin embargo, este terrible hábito también puede tener razones más profundas de tipo psicológico que debe tratarse para no caer en problemas serios de salud.
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La onicofagia, es el nombre que recibe el hábito de comerse las uñas y tiene repercusiones serias para la salud, más allá de ser un problema estético. Esto es porque en los dedos y las uñas albergamos un sinfín de microorganismos, que al hacer contacto con la boca pueden producir una infección. Y claro, morderse las uñas puede llevar a destruirlas de forma irreparable así como también perjudicar los dientes.
Una de las explicaciones comunes a este mal es la ansiedad y el estrés que se producen por el ambiente laboral, problemas económicos, con la pareja o por nerviosismo ante un viaje. Las razones pueden ser infinitas pero ante todas, se necesita fuerza de voluntad y tomar conciencia del problema para controlarlo.
Esto por supuesto, no es una tarea fácil ni a corto plazo, después de todo, para cambiar un hábito se requieren 12 semanas. Si estás preparada para el desafío, aquí hay cinco consejos que podrían ayudarte a dejar de morder tus uñas.
Baña tus dedos en ajo o limón
El limón, el ajo o incluso la pimienta negra en polvo pueden ayudarte para que dejes de lado el hábito de comerte las uñas. Ya sea que frotes un diente de ajo en las yemas de tus dedos o que los remojes en jugo de limón. Deja que sólo absorban un poco. En teoría, cuando llegues a meterte los dedos a la boca, sentirás ese sabor amargo y no querrás seguir haciéndolo. Pero si ni el sabor evita que lo hagas, lo mejor será que te laves las manos para no provocar malestares o reacciones peores.
Házte manicura o aplica uñas postizas
Tal vez esta es la solución más cara de todas pero vale la pena. Al cubrir tus uñas con otras sintéticas como las acrílicas/gelish, o arreglártelas bonito, evitará que quieras dañarlas. Esto a su vez, ayudará a que crezcan. El punto es que poco a poco aprendas a controlar el impulso.
Busca un sustituto
Cuando sientas ganas de morderte las uñas, reemplaza la ansiedad de llevarte algo a la boca con algo rápido y saludable. Por ejemplo, puedes tomar agua o un aperitivo como fruta o verduras picadas. Si no tienes nada sano que comer, prueba a hacer respiraciones profundas, cantar tu melodía favorita o hablar con alguien.
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Sé consciente del problema
Detectar cuáles son las situaciones que te producen estrés y que activan el hábito de morderte las uñas, ayudará a evitar que caigas en ese ciclo vicioso. Piensa si el problema está en cada vez que tienes que dar una presentación frente a tus jefes o si es cada vez que tienes muchas entregas pendientes. De igual modo, debes identificar qué actividades evitan este comportamiento y mantienen tus manos ocupadas, como estar en el gimnasio, reunirte con tus amigas de la escuela o quizá, tocar un instrumento. De esta forma te concentrarás en aquello que te haga feliz y te mantenga ocupara para mitigar la ansiedad y evitar la conducta compulsiva de morderte las uñas.
Dividir tu meta en etapas
Si ves que el esfuerzo es muy grande y te está costando mucho trabajo,, piensa en objetivos pequeños por tiempos y niveles. Por ejemplo, deja de morderte primero los pulgares, una vez que dejes de hacerlo, ve por los siguientes, y así hasta que veas cómo va mejorando el aspecto de tus dedos y logres superar el mal hábito.