Aunque es habitual encontrar parejas que deciden mantenerse juntas a pesar de que la magia se haya acabado, generalmente las causas para separarse son distintas entre ambos. La experta en temas familiares, Susan Swann, enumera al menos cinco razones que impulsan a las mujeres a divorciarse: desconexión emocional, diferencias por el dinero, esposo ausente, conflictos permanentes y el control.
El Centro Nacional de Estadísticas de Salud de Estados Unidos registra que seis de cada diez mujeres deciden interponer la demanda de divorcio. Mientras que los hombres tienden a abandonar sus hogares cuando hallan a otra pareja, por la falta de intimidad o al sentir que la relación ya no es acorde a sus intereses.
Explora y descubre si alguna de estas cinco causas resuena en tu matrimonio:
Desconexión emocional
Para nosotras la intimidad no lo es todo y existe una necesidad de expresar nuestros sentimientos. De hecho, según la autora primero debe existir esa conexión emocional para que surja el deseo sexual. Que tu esposo sepa qué te gusta y lo que piensas es una buena señal de que la robustez de la relación. Cuando empiezas a buscar esa “conexión” en otra persona, llegó el momento de evaluar la relación.
Expectativas financieras
Aunque el estereotipo argumente que las mujeres abandonan a su pareja cuando no tiene dinero, realmente son las diferencias en el manejo de los ingresos y egresos lo que puede derivar en una separación. Es importante comprender que existen diferencias en la forma en que se aborda este tema, de allí que negociar y alcanzar un consenso es una salida.
Esposo ausente
A veces sientes que te abandonaron sin que tu marido se haya ido de la casa. Pues esa sensación ocurre principalmente cuando estás frente a un esposo que dedica más tiempo a su trabajo que a la familia. Existe el riesgo de que todo se enfríe e incluso nazca un resentimiento hacía él.
Conflictos permanentes
La incapacidad de entenderse y resolver las diferencias de opiniones es otro elemento clave que impulsa a una mujer a romper su matrimonio. Para explicarlo mejor Sawnn cita un estudio de la Universidad de Michigan: “Un patrón particularmente tóxico es cuando solo un cónyuge se ocupa constructivamente de discutir una situación con calma, escuchar el punto de vista o trata de averiguar lo que su pareja está sintiendo, mientras el otro se aísla”.
Control
Respetar al individuo y alcanzar un equilibrio entre el “nosotros” y el “yo” es otro elemento que puede perturbar una relación; así lo plantea Swann. “Los matrimonios funcionan mejor cuando dos personas separadas con diferentes intereses se unen y encuentran puntos en común. El amor no es igual control sobre el cónyuge”, sentencia.