Un encuentro íntimo puede terminar en una situación incómoda para una mujer que sufre de vaginismo. Es decir, la dificultad de realizar o disfrutar la penetración causada por la contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina.
PUBLICIDAD
Sobre el tema, la sexóloga Beatriz Espina @Orientaconducta precisa que “una mujer que presenta vaginismo puede incluso estar excitada y aún así los músculos de su vagina están tan, pero tan tensos que haga la penetración muy dificultosa y con dolor”.
Las causas de esta condición temporal (porque con terapia se mejora) pueden ser psicológicas, psíquicas, miedo, traumas, anatómicas, entre otras.
Espina detalla que existen dos tipos de Vaginismo:
El primario: es cuando la mujer nunca ha sido capaz de poder ser penetrada.
El secundario: es cuando una mujer en algún momento si pudo ser capaz de experimentar el acto sexual por coito y de pronto presentó la contracción de sus músculos internos y ahora le cuesta.
¿Qué causa el vaginismo?
Educación sexual estricta al punto que sienta aversión al sexo.
PUBLICIDAD
Miedo al dolor
Experiencias traumáticas por abuso sexual
Contracción del músculo plitode a causa de mucho estrés.
Infidelidad de su pareja.
Baja autoestima sexual.
Síntomas del vaginismo
La contracción involuntaria puede producirse durante todo el acto sexual o aparecer repentinamente. En estos casos la mujer siente:
Ardor, picor y tensión muscular vaginal durante las relaciones sexuales.
Dolor, en mayor o menor medida, que puede dificultar o incluso imposibilitar la penetración.
Incomodidad persistente ante las relaciones sexuales.
Dolor sexual continuo de origen desconocido.
Dificultad o incapacidad total para insertar un tampón.
Dificultad al someterse a una exploración ginecológica.
Posibilidad de insertar tampones o llevar a cabo una revisión ginecológica pero incapacidad de penetración sexual.
Posibilidad de penetración sexual pero incapacidad de experimentar un orgasmo por la sensación de incomodidad o dolor o por el miedo a un espasmo repentino.
“En este caso la orientación va dirigida a comprender que si presentas esto debes buscar ayuda profesional, aparte de relajar los músculos de la vagina con ejercicios de Kegel, lubricantes de calor, ir al sexo poco a poco, primero lograr orgasmos con frote y muy lentamente ir a la penetración progresiva, cada día un poquito más, ir al ginecólogo para evaluar si es de condición anatómica y aprender a soltar los miedos relacionados al dolor por penetración”, precisó la sexóloga.