La acupuntura es una técnica milenaria de la medicina china que basa sus técnicas para mejorar la circulación por todo el organismo de la energía vital o “chi”. Gracias a la acción de unas pequeñas agujas se eliminan los cúmulos de esta energía en determinados puntos y se devuelve el equilibrio al cuerpo.
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Expertos han señalado que en los últimos años la acupuntura ha sido un aliado para combatir la infertilidad femenina.
Las acciones de las técnicas están dirigidas a estimular el “sistema nervioso central”, por lo que se utiliza para mejorar múltiples dolencias. La forma más eficaz de utilizar la acupuntura es como terapia complementaria de los tratamientos de fertilidad.
Su uso en la fertilidad
La principal función de la acupuntura en las mujeres con problemas de fertilidad consiste en aumentar el flujo sanguíneo en los órganos reproductivos y estabilizar los niveles hormonales, ayudando a incrementar la producción de esperma en hombres y mejorando el ciclo ovulatorio.
La combinación de los métodos tradicionales orientales y las técnicas médicas actuales pueden aumentar las posibilidades de conseguir el embarazo.
La introducción de las agujas en determinados puntos aumenta la irrigación sanguínea en el útero, lo cual facilita la implantación del embrión en el endometrio. Mediante varias sesiones de acupuntura se prepara a la matriz para que cuando llegue el embrión sea más sencillo que anide y se logre el embarazo.
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Bajar los índices de estrés
Por último, los especialistas coinciden en que durante los tratamientos de fertilidad se generan índices de estrés muy elevados. No conseguir el embarazo, los costos de los tratamientos y la propia técnica de reproducción asistida empleada pueden producir ansiedad y miedo al fracaso, disminuyendo las posibilidades de concepción por el propio estrés. Mediante la acupuntura se reduce este estrés, generando un ambiente mucho más propicio para conseguir la gestación.
Objetivo de las agujas
El objetivo de las agujas de acupuntura son:
Regular la presión sanguínea a través de la aplicación de presión en determinados puntos del sistema nervioso central.
Aumentar la liberación de neurotransmisores para optimizar la comunicación entre las distintas partes del organismo.
Incrementa la producción de endorfinas, por lo que disminuye el estrés y la ansiedad, proporcionando una sensación de bienestar general.
