Cuando tienes un trastorno de ansiedad, vivir una vida normal se vuelve una misión imposible en muchos sentidos. Las situaciones cotidianas que para otras personas son totalmente banales o sin importancia, para ti se vuelve algo en lo que piensas más de dos veces, te provocan palpitaciones del corazón y sudas frío. Y ni hablar de aquellas situaciones que para otros son estresantes, pues para ti se convierten en un eminente ataque de pánico que te paraliza por completo.
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Si padeces ansiedad, sabrás lo difícil que es el amor y todo el asunto de las citas o del compromiso. Es increíble cuánto es que ésta puede afectar tu vida amorosa y tu autoestima, provocando que caigas en situaciones que no son buenas para ti en absoluto.
A la ansiedad no le importa si estás planeando tener una cita. o si tienes un nuevo amor platónico en tu círculo social . Tampoco le importa si te encuentras forjando una relación o si llevas años con tu pareja. La ansiedad simplemente ataca cuando menos piensas y ya. Le gusta esconderse dentro de tu cabeza tan pronto como comienzas a sentir que tienes todo bajo control; cuando más confianza tienes en verte vulnerable.
¿Que por qué es tan difícil desenvolverse libremente en el amor?
Porque la ansiedad te hace dar vueltas en círculos por la más pequeña de las cosas y hace que pienses demasiado hasta que sientas que la cabeza te va a estallar. Ojo, estoy hablando de la ansiedad como trastorno, no como aquellas cosquillas que cualquiera puede sentir cuando tiene una primera cita y está a la expectativa de cómo se darán las cosas.
Tus pensamientos nunca cesan y tus miedos siempre encuentran una forma de intensificarse en vez de apagarse. Pareciera que el amor te da calma pero cuando tienes ansiedad, se convierte en una tormenta que puede desatarse cuando menos esperas. Nunca se detiene, sin importar qué tan feliz estés y qué tanto te sientas amada.
Conocer alguien nuevo se vuelve una misión imposible
A las personas con ansiedad nos resulta difícil conocer gente nueva, no importa qué tan amigables o sociables seamos. No tenemos muchas citas porque resulta algo muy abrumador en todos los sentidos. Entonces, cuando finalmente damos ese paso y conocemos a alguien que nos interesa, se vuelve todo un reto. Mientras para algunos tener una invitación a salir puede ser tan fácil como decir «sí» o «no», para un ansioso es una gran hazaña.
Y muchas personas no entienden la forma en la que la mente y cuerpo responden cuando sufres de ansiedad. No es que sea imposible encontrar a esa persona especial que no terminará llamándote «dramática», pero es casi un milagro hacerlo.
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Pensamientos fatalistas
Además, resulta horrible el ver que todo va genial y que justo cuando estás segura de lo que haces y con quién está, tu mente se llena con la idea de que es solo cuestión de tiempo antes de que las cosas comiencen a ir terriblemente mal y que tarde o temprano terminará. Así que al final, pierdes más tiempo pensando en cuánto falta para ese final que en disfrutar la relación.
Peleas intensas
Todas las parejas tienen diferencias y es normal tener discusiones para llegar a un acuerdo, pero cuando tienes ansiedad, casi nunca logras encontrar un equilibrio como para permitir que tus discusiones sean constructivas. De hecho, todo se vuelve más intenso y termina siendo doloroso y destructivo. De repente, lo que se suponía que era una simple discusión por algo banal, se convirtió en sollozos histéricos y tu pareja tratando de descubrir exactamente lo hizo para desencadenarlo sin llegar a una explicación lógica.
La solución
Vivir con ansiedad no es fácil y no solo para las personas que la padecen sino también para quienes conviven con ellas. Quizá las cosas sean más intensas emocionalmente y sí, la ansiedad es agotadora, pero por a. Habrá corajes y peleas, pero por amor propio y hacia el prójimo, vale la pena luchar. No desesperes ni agotes todas tus fuerzas esperando a esa persona o tratando de que todo salga como debería salir.
No hay una fórmula mágica, pero recuerda que no estás sola y como tú, muchas otras la sufrimos. Lo importante es que entiendas lo que sucede y canalices tu energía en aquello que te haga sentir bien ¡qué más da si es con una pareja o sola! Tienes muchas personas a tu alrededor que están dispuestas a amarte. Y cuando menos lo esperes, encontrarás eso que ayude a apagar el incesante bombardeo de miedos y angustias.