El consumo de sal es algo que hacemos diario. Es el ingrediente principal para condimentar cualquier comida, pero también es una de los principales causantes de la hipertensión, debido a su nivel de sodio pero, ¿sal y sodio son lo mismo?
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Al parecer no.
Al consumir un alimento salado se dice que es ‘alto en sodio’, esto en parte es correcto y en parte no. La sal se compone por 40% sodio y el resto por cloruro, básicamente la sal es cloruro de sodio.
Existen diversos tipos de sal: la yodatada, la de mesa y la marina, esta última es la más sana ya que no es tan refinada ni pasa por tantos procesos químicos como la de mesa o común.
Generalmente, la sal puede ser de color blanco o transparente; sin embargo, también hay amarilla, rosa o gris.
El sodio es un elemento químico que regula la presión arterial. Mientras más presencia de sodio haya en algún alimento o condimento (la salsa de soya es rica en sodio) puede provocar una presión arterial alta. El huevo, queso, leche y la carne roja contienen altas cantidades de sodio.
Según un estudio realizado en México, por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, uno de cada cuatro adultos padece hipertensión arterial y no es debido al consumo de sal, sino a una dieta alta en sodio y la falta de actividad física.
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A diferencia de lo pensado, la sal no es la causa principal del exceso de sodio. Más del 75% del sodio consumido en una dieta está presente en alimentos enlatados y comida de restaurantes.
La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo diario de 2 gramos de sodio, que se traducen en 5 gramos de sal.
La sal solo se utiliza en alimentos pero el sodio también suele estar presente en la industria cosmética y textil.