Luz Lancheros, MWN
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Érase una vez dos personas que chatean por WhatsApp, se hablan, conectan y se conocen, se conectan, se aman. Pero un día, uno de los dos deja de responder mensajes, iniciar conversaciones y ya no busca más a la otra persona, por más que la otra le insista. Incluso la bloquea, sin dar explicación. ¿Pero qué fue lo que pasó?
La práctica se conoce como “ghosting” y ya se usaba desde los años 90. Sin embargo, el término se popularizó desde hace tres años, cuando supuestamente Charlize Theron dejó a Sean Penn de la misma manera (eso fue desmentido por la actriz). Para 2016, un estudio hecho por la web de citas Plenty of Fish reveló que el 78% de los millennials solteros –gente en su sitio de los 18 a los 33 años– había sido víctima de esta práctica al menos una vez. Eso en comparación con lo que se presentaba en 2014, donde solo el 18% de los millennials habían sufrido de esta situación.
Sherry Turkle, quien es una de las investigadoras del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), afirma que es un hábito peligroso en el que la gente cree que puede tratar al otro de la misma manera por falta de empatía y de paso, esto afecta la autoestima de las personas.
Pero el ghosting no es la única práctica. De hecho existen variantes que revelan otro tipo de comportamientos nocivos en las relaciones online.
Benching/Beadcrumbing
Nunca se aleja a la persona, se le mantiene “de suplente”. Jason Chen, escritor de New York Magazine, definió a esto como una nueva forma de ghosting. Al coquetear, la persona no siempre responde los mensajes, deja de hablarle al otro por unos días y luego vuelve a dar señales de vida. También consiste en mantener a la persona interesada a pesar de estos comportamientos con la esperanza de una posible relación. “Es como decir, eres genial, pero puede haber alguien mejor. Simplemente no le gustas tanto”, expresó Chen. Al fenómeno, aparte de estos dos términos (breadcrumbing significa dar migajas) se le conoce como “Hansel & Gretelling”.
Zombing/Haunting
Exnovio, ex amante, ex lo que sea, que vuelve para arruinar tu vida. Mira atentamente todo lo que publicas en redes, da like, inicia conversaciones, quiere sexo… y es mejor huir de él lo antes posible.
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PyR
Doctora Annie de Acevedo, psicóloga Universidad de los Andes/Universidad de Alabama. Directora del centro KSI Learning Centre Colombia
¿Por qué muchas personas hoy dejan en visto a las otras y las bloquean sin dar la cara a la hora de terminar una relación?
-No ponen la cara, literalmente. La gente termina hoy en día así porque no sabe cómo hacerlo de frente, porque la mayoría de las relaciones se desarrollan de modo virtual: uno chatea y pone emoticones, pero no abraza o besa y todo se da por el dispositivo. Así se acostumbraron y es una manera equivocada de relacionarse porque nunca tienes a la persona frente a frente y no pones la cara nunca. Esto me parece que está muy mal hecho, porque te terminan sin darte explicaciones, ni siquiera te lo escriben por un chat, que por lo menos es una explicación.
Y una persona que es víctima, puede hacer lo mismo. ¿Qué consecuencias hay con esto?
–Uno de los valores sociales que desafortunadamente hemos perdido es la empatía, la capacidad de ponerse en los zapatos del otro. Qué tal que a tí alguien se te desaparezca de la noche a la mañana. Te preguntas qué fue lo que hiciste mal, por qué se fue a mitad de camino. Eso es horrible. Y eso es parte del problema: esta generación que está viviendo la época tecnológica no maneja las emociones. Eso incluye el manejar valores adecuados como la compasión, la empatía. Son muy autocentrados, desafortunadamente. Me duele decirlo pero cada día lo veo más. Es como “a mí me importa lo que yo siento y me pase. Lo que pase con el otro da igual, esa persona ya desapareció de mi vida”. Y si hay esa posibilidad la usan. Es lo que sea más cómodo para ellos.
¿Qué pasa con la autoestima del que sufre de ghosting?
–Es devastador. Le afecta la autoestima de manera importante. Queda con grandes incógnitas y ni siquiera pudo aprender una lección de vida de esa experiencia, porque no sabe qué hizo mal: qué le disgustó al otro, por qué me deja de hablar, por qué se desaparece. Es muy duro porque la persona queda sin conocimiento real de qué pudo haber pasado con el otro y la persona cree que es su culpa, pero es del otro actor, ya que este tiene problemas para relacionarse y comprometerse.
Hay otros casos de personas que aparecen y desaparecen, como los gatos, para mantener al otro interesado. ¿Por qué pasa esto?
–Porque nadie se los exige. Todo el mundo les acepta esto y nadie se educa para quedarse como segunda opción, pero el otro tiene fobia al compromiso, sino que quiere jugar. También quieren atención, eso es lo que buscan. Si tengo tres o cinco personas que me ponen atención se siente bien y sube mi autoestima. Pero eso está mal hecho.
¿Hay alguna manera de blindarse ante quien hace estas cosas?
–Es como en la época de antes de la tecnología: saber que la persona que llamaba y luego no llamaba tenía ese comportamiento. A menos de que uno esté muy necesitado y privado de afecto y caiga en la trampa.
Entonces hay que tener una autoestima fuerte.
–Toca blindarse y fortalecernos y empoderarnos para no caer víctimas de personas que quieren jugar jueguitos con palabras bonitas con comportamientos que hacen mucho daño, porque generan ilusiones y son mentirosas.