No es algo nuevo. La violencia siempre ha existido y siempre ha estado latente el temor de una nueva guerra. Por ello, existe un discurso, preparado en los años 80, que la Reina Isabel de Inglaterra pronunciará. en caso de que estallase la III Guerra Mundial.
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De acuerdo con el escrito, la reina deberá dirigirse al Reino Unido y la Commonwealth (La Mancomunidad de Naciones) y es un obvio reflejo del tiempo que se escribió pues estaba basada en los posibles hechos de la época que pudiesen ser un detonante .
El discurso fue elaborado por los funcionarios del gobierno, justo cuando la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte: Estados Unidos, Reino Unido…) mantenía uno de los períodos más tensos de la Guerra Fría. Por ello, la nueva guerra se tenía «planificada» para marzo de 1983.
Estados Unidos y la URSS mantenían una relación agresiva. y curiosamente en marzo, el presidente estadounidense Ronald Reagan incluso se refería a la entonces Unión Soviética como «Imperio del Mal».
«Los horrores de la guerra no podían parecer más remotos, ya que mi familia y yo compartimos nuestra alegría navideña con la creciente familia de la Commonwealth», dice el discurso. «Ahora, esta locura de la guerra se está extendiendo una vez más por el mundo y nuestro valiente país debe preparar de nuevo para sobrevivir contra grandes probabilidades».
La Reina hace referencia a la reconciliación con Escocia y la Commonwealth, los cuales se encontraban recuperándose de conflictos internos. También habla del estallido de la Segunda Guerra Mundial, poco después de que su padre, el rey Jorge VI, se convirtiera en el monarca de Inglaterra.
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«Nunca he olvidado el dolor y el orgullo que sentí cuando mi hermana y yo nos apretábamos contra la radio para escuchar las palabras inspiradoras de mi padre [George VI] en aquel fatídico día de 1939 [en el inicio de la II Guerra Mundial]»
A continuación, pasa a afirmar que el verdadero enemigo es el poder de la tecnología mal utilizada y alienta a la gente a permanecer fuerte:
“Todos sabemos que los peligros que enfrentamos hoy en día son mayores que en cualquier momento de nuestra larga historia. El enemigo no es el soldado con su rifle ni siquiera el aviador que surca los cielos por encima de nuestras ciudades y pueblos, pero el poder mortal de la tecnología abusada.”
«Si las familias permanecen unidas y decididas, dando refugio a las personas que viven solas y sin protección, la voluntad de nuestro país para sobrevivir no puede ser quebrantada».
Por suerte para el mundo, en 37 años no hubo tal guerra y sólo quizá, pasen otros 37 o 100 años para que esto ocurra.
Dijo el Papa Francisco que en este momento estamos viviendo una tercera guerra mundial que se desarrolla por partes. Entre ataques a civiles, atentados masivos, discursos xenófobos, insensibilidad de líderes políticos y la falta de discursos de paz entre las naciones, podemos pensar que no se aleja de la realidad que detonó la Primera Guerra Mundial (1914) o la Segunda Guerra Mundial (1939).
Tristemente el odio y la deshumanización están por todas partes.