Por Karen Hernández
¿Cuántas veces no has dicho «mañana empiezo la dieta», «ahora sí voy a ir al gimnasio», voy a dormir más temprano» y terminas sin cumplirlo? Todas nos hacemos propósitos constantemente y algunas llegamos a cumplirlos a corto o largo plazo (aunque a la semana se nos olvide).
La razón por la que muchas no logramos cambiar nuestros hábitos es que queremos todo de la forma más rápida posible, además de que nos metemos cargas demasiado pesadas que hace que nos agotemos ya que no estamos acostumbradas a hacerlo. Lo peor es que cuando creemos que hemos logrado cambiar un hábito, nos olvidamos de la constancia (y repetimos el ciclo).
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Lejos de lo que ocurre en nuestra cultura occidental, los japoneses comprenden todo como un proceso y que los grandes logros son resultado de un esfuerzo continuo que va por etapas. Para ellos, hacer las cosas rápido no lleva a ninguna parte ya que no te permite enfocarte en lo que estás haciendo y por ende no comprendes el sentido del cambio. Por esto es que la «regla del minuto» o Método Kaizen («kai» = cambio y «zen» = sabiduría) es una técnica clave para lograr lo que se proponen.
De acuerdo a esta regla, debes realizar determinada tarea cada día a la misma hora durante un minuto pues aunque suene poco tiempo, te hará ver que se trata de algo fácil de hacer por lo que te sentirás motivada y no habrá forma que te de pereza llevarlo a cabo.
Por ejemplo, si lo que quieres es comenzar a hacer ejercicio, propónte salir a trotar durante un minuto o saltar la cuerda durante un minuto; incluso si tu propósito es leer más, busca un libro que quieras y lee durante un minuto. Eventualmente te darás cuenta de que es muy poco tiempo y querrás hacerlo más hasta terminar toda una rutina (el siguiente paso es hacerlo por 5 minutos y así hasta que llegues a 30 minutos o una hora). Recuerda que dando pequeños pasos podrás alcanzar resultados inimaginables.
Dicen que una acción se convierte en hábito en un periodo de 21 días, pero de acuero a esta regla, lo ideal es que la realicemos por lo menos durante 60 días seguidos, hasta sentirlo como algo «normal». Aunque claro, todo depende de la persona.
Por la carga de trabajo diaria, el exceso de presión y los tiempos tan reducidos que tenemos para hacer las cosas, creemos que no es posible obtener buenos resultados sin invertir una gran cantidad de esfuerzo, sin embargo, esta estrategia japonesa es aplicada incluso en el ámbito laboral, dando un crecimiento gradual y constante en los empleados.
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