Por Andrea Sánchez
PUBLICIDAD
Cuidar tus ojos debe ser algo primordial en tu vida. Aunque la mayoría de la personas desconocemos con qué frecuencia debemos ir al oculista u oftalmólogo, visitarlo podría prevenir enfermedades como el glaucoma.
Hace algunos meses visité a mi oftalmólogo, quien después de medir mi presión ocular, el estado de mis lágrimas (no sabía que eso existía) y hacerme el rutinario examen de la vista, descubrí que hay muchos hábitos que dañan la vista de las personas, entre ellos el no parpadeo.
No parpadear
Suena obvio, pero muchas personas estamos tan concentradas en la pantalla de la computadora que hemos olvidado parpadear, mover los ojos y lubricarlos. Analiza si tu abrir y cerrar de ojos es constante. De no ser así, proponte hacerlo más, pues es la única forma que tu ojo tiene de lubricarse y ejercitarse. Aunque cuesta trabajo, no estés todo el día con la vista fija en el monitor.
DESCUBRE MÁS:
- ¿Son suficientes 5 minutos de ejercicio al día para perder peso?
- ¡Piel bonita y saludable! 4 razones por las que deberías cepillar tu piel en seco
- Cáncer cervicouterino: el enemigo silencioso de la mujer
PUBLICIDAD
Exponerte al sol
Los rayos UV no dañan sólo a tu piel, también tienen un impacto negativo en tu vista. Cuando te expongas al sol procura no mirarlo fijamente, los rayos dañan tu visión. Tampoco olvides que los lentes de sol deben tener protección ultravioleta, aunque son un poco más caros, será una forma estupenda de consentir a tu vista.
Fumar
El humo del cigarro daña a tus ojos, fumar ha sido vinculado con algunos casos de degeneración macular y cataratas debido a la irritación directa producida por el humo del cigarrillo.
Leer con poca luz
No hay nada mejor que quedarte leyendo hasta alta horas de la noche, pero tus ojos lo resienten pues la poca o escasa cantidad de luz hace que trabajen en doble. La vista cansada es un problema común en la actualidad. Dale a tus ojos el descanso que se merecen.
Frotar tus ojos
Las manos son la forma en al que conectamos con el mundo. Imagina todas las bacterias a las que expones a tus ojos cuando los frotas. Además de causar una infección podrías producir daños a la córnea.