Sin que nos de vergüenza ni se nos caiga «el carné», las invito a recordar su niñez, específicamente el ítem frutas y verduras. Hasta donde tengo memoria, en mi casa las estaciones del año eran tanto o igual de notorias en la cocina como en el jardín. ¿A qué me refiero? Se sabía que llegaba el invierno cuando aparecía el olor a alcachofas o manzanas al horno, y a su vez las frutillas, duraznos y cerezas confirmaban que el sol se hacía presente.
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Con los avances tecnológicos, la manipulación genética y la posibilidad de traer desde el otro lado del mundo cualquier cosa perdimos la costumbre de consumir lo que la Tierra de forma natural nos entrega, de acuerdo a la temporada. Hoy el llamado es volver a ello, porque trae una serie de beneficios individuales y colectivos:
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* Frescura y sabor. Los alimentos que no han sido sometidos a procesos para alargar su duración, ni transportados desde lugares lejanos, tienen mayor frescura y un mejor sabor, debido a que han sido recientemente recolectados.
* Nutrientes. El paso del tiempo altera las propiedades del alimento, por ejemplo, la cantidad de agua y vitaminas.
* Ahorro. Los alimentos fuera de temporada han sido almacenados y además son importados desde otra región o país, aumentando el costo de éste. Además, a mayor oferta bajan los precios.
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Frutas y verduras de otoño-invierno (de marzo a septiembre) en Chile:
Manzanas, verdes, rojas y amarillas. Crujientes, dulces o bien ácidas, son de las mejores frutas de esta época.
Alcachofas. Deliciosas, tienen mil usos. Pruébalas en sándwiches.
Rúcula. Tan verde, crujiente y con ese amargor-picor preciso. Perfecta en ensaladas y pizzas.
Betarragas, brócoli y coliflor. Un trío bastante «menospreciado», especialmente por los niños. Debemos enseñarles a comerlos, porque son ricas y nutritivas. Prueba, por ejemplo, el puré de coliflor y el brócoli salteado.
Repollitos de Bruselas. Una alternativa diferente y sana de aperitivo, por ejemplo, salteados con ajo y tocino.
Repollo. Blanco o morado, es versátil, se puede comer crudo y también cocido.
Zanahorias. El tubérculo que «apaña» siempre y que sirve para ensalada, sopa, puré, picoteo o lo que sea.
Apio. Otro que sirve para todo, porque da sabor a los caldos, es la base para cualquier sofrito, y crudo como ensalada (en dupla con palta) es sublime.
Acelga. Bello vegetal perfecto para sopas, tortillas, purés y salteados.
Berenjena. Elígelas firmes, tienen múltiples opciones de preparación. Aparecen a principios de otoño.
Hinojo. Otro vegetal que aunque se puede encontrar en supermercados y ferias, sigue siendo un poco desconocido. Es increíble asado al horno o picado finito para ensaladas.
Ajo. El ajo chileno (porque si no lo sabías están vendiendo mucho ajo importado de…, Oriente) sí tiene estación, y a fines del verano y durante el otoño es cuando está más gordito y dulce.
Uvas. Si bien la vendimia es en otoño, durante el invierno todavía podemos ver algunos racimos…
Cebollín. Se cultiva casi todo el año, pero en esta época están más bonitos y grandes.
Hierbas aromáticas. Esta es la mejor época de cosechar romero, perejil, tomillo y salvia.
Cítricos. Obvio ya lo sabías, estamos full temporada de clementinas, mandarinas, naranjas, pomelos y limones.
Kiwis. Otro aliado para la vitamina C.
Caquis. Son los reyes del otoño junto con las granadas.
Puerros. Buena base de sopas, guisos y salteados, pruébalos a la parrilla, bien doraditos, con mantequilla.
Peras. Hay harta variedad, todas crujientes y jugosas.
Zapallo. Por algo es también temporada de sopaipilla… Crema de zapallo, zapallo al horno caramelizado…