Por Gabriela Vaca Jaramillo
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Cuando la mujer entra a la etapa de gestación debe comprender que todo su organismo se va a modificar para buscar un equilibrio, a la sobrecarga, que significa el embarazo.
No escapa de ello la cavidad oral, en el embarazo se dan cambios hormonales drásticos que modifican totalmente la química del interior de la mujer y eso es necesario para que el embarazo continúe, para que el corazón así como los pulmones, el riñón y todos los órganos de la madre le sirvan al bebé.
Según el ginecólogo Wellington Aguirre, los cambios hormonales se orientan básicamente a dos cosas: en primer lugar, las hormonas hacen que cambie la acidez (PH) de la boca de la mujer y esto es crucial para el equilibrio que debe existir entre las bacterias buenas y las bacterias malas, importantes para mantener la salud. Cuando este equilibrio se rompe y proliferan las bacterias malas vienen los problemas que se presentan a través de las enfermedades.
«Los embarazos tienen esta particularidad ya que rompen este equilibrio hormonal y en cierta medida favorecen a las bacterias malas y son las que van atacar la dentadura, en general, pero sobre todo las encías de la mujer. Van existir más bacterias en la cavidad oral y se dan infecciones en las piezas dentales, mejor conocido como gingivitis», explica Aguirre.
Por otro lado los cambios hormonales favorecen que haya más circulación en todo el cuerpo de la mujer y a nivel de las encías se forman nuevos arterias y vasos sanguíneos muy finos, mismos que engrosan las encías y esto hace que la mujer durante el embarazo, mientras se cepilla los dientes, sangran sus encías y se preocupa porque antes no se daba este problema. El paso más importante es prevenir que estos cambios que tiene la mujer no se vayan a acentuar y generen una enfermedad.
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«Además de la gingivitis también hay un fuerte riesgo de dar lugar a las caries dentales. Todo ginecólogo responsable debe advertir que se van a presentar estos cambios y por ende recomendar el cuidado de la salud oral con los odontólogos.
Hoy en día existen productos especiales para el cuidado dental de las mujeres embarazadas. La diferencia es que tienen antisépticos específicos para disminuir la cantidad de gérmenes malos además que fortalecen los dientes con más fluor y un agregado de calcio, porque se considera que cuando se altera la acidez de la boca de la mujer se daña el esmalte de los dientes.
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En los seis meses del embarazo el ginecólogo debe recomendar un seguimiento a cargo de un odontólogo y así corregir a tiempo infecciones o problemas en la salud oral», acota el médico.
Uno de los mitos que existe en nuestro medio es que la mujer embarazada no puede recibir atención dental y eso es mentira. La mujer embarazada puede hacerlo en cualquier momento del embarazo.
«El objetivo es que las mujeres no pierdan piezas dentales porque, supongamos, que se presenta una caries dental al inicio de la etapa de gestación, esta caries, por los cambios propios del embarazo, evoluciona más rápido y llegando al riesgo de que se pierda el diente.
El primer trimestre en el embarazo es el más importante, donde se observan las complicaciones y por ello advertimos los cuidados. Tras esto el organismo acepta el embarazo y por ello debe cuidarse su salud oral con más tiempo.
Tras dar a luz también se dan nuevos cambios debido a la lactancia además porque no produce hormonas y se da un proceso contrario al embarazo, ya que los ovarios están paralizados. Con la lactancia la mujer necesita grandes cantidades de calcio y si hay deficiencia, el organismo comienza a tomar directamente desde el hueso y de los alveolos dentales por lo que lo debilitan.
Si hay alguna infección en la cavidad oral puede transmitirle al bebé y lo contamina con esos gérmenes. A veces prueban el biberón directamente o lo besan en la boca, esto es riesgoso con los antecedentes de la salud oral», concluye Aguirre.
Por otro lado, Flor Cabascango, odontóloga de Dental International, concuerda con el galeno ginecólogo y señala que para la mujer embarazada lo más recomendable es la prevención mediante una profilaxis, una técnica de cepillado adecuado además de unos sellantes que se les puede colocar en etapa de gestación.
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«Ellas son propensas a la gingivitis, que es el sangrado de las encías y puede evidenciarlo si hay un enrojecimiento o sangre mientras se lava los dientes o en algún momento impensado. Lo importante es que nos visiten para hacerle una limpieza en cada trimestre y así manipulamos la encía adecuadamente para arrastrar toda la placa bacteriana.
El cepillado adecuado debe ser con la pasta, el hilo dental y el enjuague bucal. La alimentación también es importante, debe ser balanceada y equilibrada consumiendo alimentos ricos en vitamina A que encontramos en las carnes de res, aves de corral, peces y productos lácteos así como también la provitamina A que encontramos en las frutas y las verduras; la vitamina D que nos permite el paso del calcio al hueso y el consumo de minerales como calcio y fósforo entre otros.
Sin embargo si ya posee la enfermedad que es la gingivitis es recomendable una pasta específica para ayudar en el tratamiento de sus encías. Los tres primeros meses las gestantes sufren de nauseas, vómitos, que conlleva a cambiar el ph salival acidificándolo a este, cuyas consecuencias son la erosión dentaria que practicamente deteriora al esmalte dentario y si la embarazada se descuida y no acude al odontólogo las consecuencias drásticas es la perdida de la pieza dentaria», culmina Cabascango.