Por Carolina Palma Fuentealba.
«La grafología debería llamarse psicoescritura, porque es tu historia de vida puesta en el papel. El acto de escribir no es un hecho al azar, sino que es el resultado de la interrelación de todas las áreas corticales del cerebro, y la escritura es única e irrepetible en cada uno de nosotros; habla de nuestra historia, cualidades, intenciones y sentimientos. Al año y medio de vida tomas el lápiz por primera vez para rayar paredes, luego comienzas a dibujar en una mesa para terminar escribiendo en una hoja sin salirte de los márgenes. Esas rayas que se hacen dentro del papel son un gran avance, hablan de un autocontrol impresionante. Que a los 6 años te digan que no debes salirte del margen es una forma de enseñar normas, las mismas que tenemos en el plano laboral», explica Paula Cerda, perito calígrafo y grafológico, quien actualmente dicta talleres de grafología en la Universidad del Pacífico.
La experta recuerda que la escritura comenzó hace 3 mil años, y se divide en cursiva, script e imprenta, «La imprenta son mayúsculas, puras, rectas. La script viene de los monjes que transcribían textos sagrados, y la cursiva, la que une una letra con otra, es la que más te potencia, porque cada letra es una idea, y permite conectar una con otra». La idea es estimular a los niños a través de la escritura a mano para engrandecer todas sus estructuras neuronales. Una aclaración: con la letra se analiza la conducta, no la personalidad.
Los expertos en este tema no decodifican letras, sino que símbolos en el espacio; por lo mismo no importa si la letra es bonita o fea, va mucho más allá. Se verifica el uso de márgenes, inclinación, dirección, tipo de letra y otros factores.
Paula me invitó a escribir 10 líneas en un papel en blanco. «Usualmente comenzamos preocupándonos de la forma, y luego la letra se va haciendo más espontánea, mostrando otras aristas de la conducta», dice.
En mi caso comencé con una letra grande y en el transcurso de las líneas disminuyó bastante, lo mismo que la separación entre ellas. «Tú misma te impusiste márgenes, sin que te dijera que existían. ¿Cómo te comportas tú cuando llegas a un trabajo? Al principio eres siempre formal y luego comienzas a relajarte en los procesos de trabajo o relaciones, y así avanzas. Cuando entramos a una sociedad nos preocupamos mucho de la forma y luego nos relajamos, la hoja se homologa a la sociedad. Tu letra se carga, se inclina hacia la izquierda, se denomina sinistrógira, entonces estás más apegada a los valores, conocimientos, ideas, formas de trabajo, personas que conociste en el pasado, y eso te da seguridad. Si es la derecha, se relaciona con el futuro, la socialización, la extroversión, el padre. Por otro lado, al estar más apegada al margen izquierdo, indica que eres más bien recatada y cautelosa con tu vida privada».
Las letras que se inclinan hacia la derecha se denominan dextrógiras, que hablan de personas más extrovertidas, les gusta lo nuevo e incluso tienden a ser más generosas.
VERDADES TRAS LA LETRA
La letra imprenta y la script son máscaras sociales, no dejar ver las emociones, porque tienden a la recta y no entregan la riqueza de la letra cursiva. «Las personas tienen el deber de disfrutar, y la capacidad para el disfrute se visualiza a través de las lengüetas de la zona inferior de nuestra letra (por ejemplo, en la ‘g’). La canalización de la energía libidinal debe ser un acto que no debe impedirse, como disfrutar de una buena copa de vino o una conversación; no siempre se relaciona con sexo, pero dan calidad de vida».
¿Cómo cuidarse en las relaciones, sobre todo de un hombre agresivo? Paula detalla que usualmente tienen excesos de ángulos, la presión de la firma es alta y de gran tamaño. «Esas características son de un macho dominador, con una convicción que es el mejor. Un exceso de ángulos puede significar agresividad, impulsividad. Si además en la firma una letra invade a la otra, existen más razones. Invaden espacios, toman los espacios del otro».
Por el contrario, un hombre cariñoso muestra la letra bastante curva, que sugiere niveles de empatía y cordialidad. Aunque cuidado, porque los que tienen una firma muy pequeña y con muy poca presión, lo pasa a llevar a cualquiera, no es el héroe de la historia.
LA FIRMA
«Lo importante de la firma es que sea espontánea y que uno esté contento con ella. Con la grafoterapia se programa de afuera hacia dentro. Se hacen conscientes los procesos, te debes amigar con las partes que no gustan y vas cambiando», aclara la perito, y nos entrega tips para cambiar nuestra conducta a través de una nueva firma. Sí, es posible.
* Las personas que no ponen su nombre en la firma tienden a cuidar su intimidad. Por ejemplo, muchos hombres hacen más bien un dibujo, quizás porque históricamente esconden sus emociones a la sociedad.
* Cuidado con las líneas que pasan por encima del nombre, porque pueden anular a la persona.
* Intentar que la firma no sea muy pequeña, sino que de mediana a grande, las que permiten llegar a mejores posiciones en el trabajo.
* La precisión de la letra, la fuerza con la que se escribe, habla de convicción en la vida. Si pasas el dedo detrás de un papel escrito, y sientes el relieve, escribiste con fuerza.
* Las firmas envueltas hablan de personas más bien cerradas.
* El punto en las firmas habla de buen nivel de seguridad y detalle, siempre que no sea obsesivo.
* Los empresarios buscan una letra acorde al perfil del cargo. Si se requiere una persona más obediente, no escogerán a los que tienen una firma extra grande, porque necesitan que lo vean constantemente.
* Es importante que no tenga mucho entrecruzamiento entre líneas, porque muestra una actividad confusa, difícil de seguir para el resto, un pensamiento caótico. Para ejemplificar, la perito habla de la firma de Sergio Jadue, que además incluir líneas difíciles de seguir, tenía una firma muy grande, acorde con su necesitad de liderazgo, de ocupar espacio.
* Lo ideal es una firma simple, que sepas cuando empieza y cuando termina, y que la presión no sea muy baja.