Por K. Aleisha Fetters
Es posible hacer tiempo para hacer ejercicio en tu vida – aún cuando tienes una junta tras otra, un hijo (¿o un cachorrito?) que cuidar y una lista de quehaceres que te llevará un mes completo en terminar. Aquí están los ocho mejores consejos para hacer un hueco en tu día para ejercitarte (y desarrollar un cuerpo de ensueño) sin importar qué tan ocupado estés.
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1. Establece una agenda. Cuando agendas una junta con un cliente, es casi imposible que no lo tomes en cuenta. Eso se debe en parte a que tu sueldo se vería afectado si lo hicieras, pero es también porque programaste esa junta en tu calendario y luego planeaste todo tu día alrededor de ello. Necesitas aplicar la misma mentalidad para tus entrenamientos, dice el entrenador personal Mike Donavanik. «Piensa en que los días en que siendo realista puedas hacer tus entrenamientos (¿hay algunos días que normalmente son un desorden para ti?), prográmalos en tu calendario una semana por adelantado, y luego programa tus otros pendientes alrededor de ellos», dice Donavanik. Aparte de forzarte a llegar al gimnasio, también puede ayudarte a hacer todo tu día más eficiente.
2. Vuélvelo social. Si planeas tus entrenamientos con un amigo, automáticamente estarás volviendo algo que parece una ‘tarea’ en una actividad social, dice Donavanik. Es una buena manera de matar dos pájaros de un tiro.
3. Muévete más. Y no sólo para hacer ejercicio. La termogénesis en actividades de no ejercicio (NEAT por sus siglas en inglés), la energía que quemas haciendo cosas como caminar, haciendo pendientes e incluso estando inquieto en tu casa –hace una gran diferencia en tu gasto calórico total y en el éxito de tu pérdida de peso, según una investigación de la Mayo Clinic. Ya sea que vayas al gimnasio o no, trabaja en lograr una meta de 10,000 pasos al día, separar tus sesiones de estar sentando con una caminata rápida o un estiramiento breve, e intenta usar un escritorio de pie. Un estudio de 2015 publicado en Annals of Internal Medicine demuestra que hacer ejercicio por al menos 30 minutos al día no anula el efecto de estar sentado durante las otras 23 horas y 30 minutos.
4. Planea tus entrenamientos. «Cuando llegas a un entrenamiento con las manos vacías, pierdes tiempo. Cuando pierdes tiempo, tus entrenamientos se vuelven más largos y menos eficientes», dice Donavanik. Básicamente se vuelven más aburridos de lo que necesitan ser –y eso es lo último que necesitas. «Planea tus ejercicios por adelantado. Y no sólo los días y horas que estés planeando en ejercitarte, pero los grupos musculares en los que te enfocarás durante esa sesión, en pocas palabras, una guía básica de tu entrenamiento», dice.
5. Mantén tu maleta de gimnasio lista. Las programaciones de entrenamientos en tu agenda son geniales, pero no te cierres a una sesión de entrenamiento improvisada, dice Donavanik. Mantén una maleta para el gimnasio lista en tu trabajo, en tu auto y en la casa de tu novia. De esa forma, cuando alguien pregunte, «¿quieres salir a correr un rato conmigo?» puedas hacerlo. Hacer ejercicio por 30 minutos no requiere de un viaje de una hora para ir a casa, empacar tu maleta y regresar.
6. Encuentra tu tiempo libre. Puede ser que no creas que lo tienes, pero lo tienes. De hecho, una encuesta de Harris Interactive descubrió que los estadounidenses tienen casi el doble de tiempo libre que creen que tienen. Para descubrir el tuyo, registra todo lo que haces durante un par de días. En serio, saca una agenda y divídela en intervalos de 30 o 15 minutos. Cada vez que cambies de tarea, regístralo. Probablemente tengas pocos periodos de tiempo libre a lo largo de todo tu día. Intenta encontrar la forma de juntarlos para poder tener tiempo suficiente para esa sesión.
7. Mejora tu productividad en el trabajo. Si el trabajo es lo que te impide ir al gimnasio, la solución sencilla es simplemente hacer más cosas en menos tiempo cuando estás en la oficina. Para empezar, desconéctate de tu cuenta de Facebook y deja de hacer muchas cosas a la vez. Un estudio de Stanford University reveló que hacer muchas tareas al mismo tiempo es menos productivo que enfocarte en una sola tarea a la vez. Haz una lista de pendientes, comienza desde arriba y realiza una por una hasta llegar abajo.
8. Mientras más tiempo hagas para entrenar, más tiempo tendrás. Hacer ejercicio es tal vez la manera más sana de aumentar tu productividad. Investigaciones publicadas en el International Journal of Workplace Health Management demuestra que las personas son automáticamente más productivas en los días que hicieron ejercicio. Eso es porque el ejercicio regular mejora el humor, aumenta los niveles de energía e incluso mantiene las células del cerebro sanas.
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