Cada 4 de febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) apoya a la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) como una manera de generar conciencia y reflexión sobre una de las enfermedades que más víctimas cobra a nivel mundial.
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En los últimos años ha aumentado la exposición al sol por parte de la población y los niveles de radiación son cada vez mayores. En este contexto, Ronny Muñoz Subdirector médico asistencial del Instituto Nacional del Cáncer (INC), realizó un llamado a la población para prevenir problemáticas que están asociadas a la exposición solar, a través de una serie de medidas básicas de autocuidado:
1. No exponerse. Evitar exponerse al sol entre las 12:00 y las 16.00 horas sin protección. Entre más daño le haga el sol a tu piel, mayor es la probabilidad de tener este cáncer y el efecto es acumulativo.
2. Ropa. Entre las medidas de autoprotección la más básica es usar la ropa adecuada y tratar de cubrir zonas como brazos o cuello, aunque no todas las telas ayudan igual. Las mejores son los algodones de tramado grueso, las que no dejan ver o pasar la luz o aquellas especiales para bloquear los rayos ultravioletas y que comúnmente utilizan los deportistas.
3. Colores. El color de la ropa también puede marcar una gran diferencia. Los oscuros -que tradicionalmente uno descarta en los días de mayor sol precisamente porque dan más calor- son los que más protegen No sólo el color negro, también los azules o cafés por sobre los tonos claros o los blancos. Sin embargo, si la ropa se moja pierde su capacidad protectora.
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4. Uso del sombrero. Al concentrarse la exposición al sol en el área superior del cuerpo, ahí es donde se presentan con mayor frecuencia los cánceres: cara, orejas, cuello, hombros o escote (en las mujeres). Especialmente sensibles son quienes tienen expuesto el cuero cabelludo. Ejemplo, los calvos tienen mayor incidencia de cáncer de piel porque siempre tienen la piel expuesta. Para ellos el sombrero no es opcional: siempre deberían usarlo.
5. Uso de filtro o protección UVA y UVB. Escoger filtro y anteojos de sol de amplio espectro, es decir, que protejan contra la radiación UVA y UVB ya que ambas provocan daño acumulativo. La primera, se vincula más al cáncer, pero la segunda está directamente ligada al envejecimiento prematuro de la piel y al daño superficial.
6. Grado de filtro solar. Los ‘bloqueadores’ en la práctica ya no existen, porque nada es 100% efectivo. Todos los tópicos (cremas, bronceadores, aceites o spray) tienen cierto grado de filtro. La recomendación es usar 30 FPS, en el caso de una persona adulta, ya que le da una protección a la piel de 97%.
7.Cantidad de filtro. La idea es que el producto cubra los suficientemente bien todas las partes que están expuestas. Si una persona utiliza muy poca cantidad, es como si se estuviera aplicando un filtro factor 5, es decir con una nula protección. El filtro se aplica 30 minutos antes de exponerse al sol y se repite la acción cada dos horas. Otra importante recomendación, es no utilizar un producto que haya quedado del año anterior, porque al estar sometidos a altas temperaturas, pierden efectividad incluso estando cerrados.
8. Anteojos. Deben filtrar tanto rayos UVA como UVB. La sobreexposición al sol puede causar daños tanto en la cámara anterior y posterior del ojo, como en la retina.
9. Bronceado. El veredicto de los expertos es claro: El bronceado es siempre un daño a la piel. La exposición para broncearse no es buena, sobre todo en las personas de pieles más claras. Tampoco lo es el uso de solarium, que en el fondo es someterse a más radiación UV de manera artificial. Hay que evitarlos.
10. Maquillaje. Aunque en el mercado existen maquillajes que contienen filtro solar, la recomendación a las mujeres es siempre combinarlos con un filtro de 30 FPS o más. Tras maquillarse como hacen habitualmente, deben aplicarse al finalizar una capa de filtro protector en el rostro.
11. Medicamentos. Hay remedios que aumentan la sensibilidad de la piel cuando se exponen al sol. Por ejemplo, los más comunes son los diuréticos, los antidiabéticos y algunos antibióticos derivados de la tetraciclina, en este último caso, es porque dicho componente produce una molécula que reacciona con el sol, aumentando el daño de la luz ultravioleta en las células de la piel.
Con información del Instituto Nacional del Cáncer