Por Jamie Logie
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La dieta mediterránea ha sido promovida durante años debido a sus beneficios de salud: puede reducir tus posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2, prevenir la obesidad, reducir la presión arterial alta, reducir el riesgo de desarrollar mal de Parkinson y Alzheimer y aumentar tu longevidad.
Pero espera; contén el vino y el aceite de oliva. Intentar definir la dieta mediterránea puede ser muy difícil cuando nos fijamos en la inmensidad de la región y la variedad de países que incluye. Aparte, nuevos conocimientos señalan que los beneficios de salud asociados con la dieta mediterránea pueden no ser provocados meramente por la comida.
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El documental ‘Pioppi Protocol’, busca reexaminar la dieta mediterránea en un pequeño pueblo llamado Pioppi.
La cinta sigue a Donal O’Neill –el productor detrás del aclamado documental Cereal Killers– y al Dr. Aseem Malhtora, un cardiólogo británico, mientras siguen los pasos de Ancel Keys, el científico americano que volvió famoso el concepto de la dieta mediterránea (y quien vivió en Poppi durante 30 años).
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El Dr. Malhotra y su equipo de filmación se propusieron descubrir si la dieta mediterránea había sido exageradamente simplificada al punto de omitir por completo el estilo de vida que llevan las personas de la región. La persona promedio en Pioppi vive alrededor de los 90 años, y resulta que la dieta es solamente una parte del rompecabezas de la longevidad.
La gente en esa área ha tenido la gran ventaja de pasar mucho tiempo fuera con aire fresco y luz del sol. Ellos no se dispusieron a apartar momentos de sus días para hacer ejercicio, necesariamente, sino que mantenerse activos era parte natural de su día: realizaban muchas actividades físicas al aire libre como andar en bicicleta y caminar. El mismo enfoque se aplicaba a sus comidas, las cuales eran ocasiones que permitían relajarse y reunirse con familiares y amigos. Añade a esto un menor estrés crónico, y obtienes un estilo de vida real de salud y bienestar.
No olvides que el Mediterráneo es más que Grecia e Italia
Decir que sólo hay una dieta mediterránea es como decir que sólo hay una marca de autos.
Alrededor de 60 países conforman el Mediterráneo. Incluso si te enfocas solamente en la costa, tendrías 23 países. En la costa norte solamente tienes a España, Francia, Mónaco, Italia, Slovenia, Croacia, Bosnia, Montenegro, Grecia y Turquía. Las dietas entre estos 10 países son extremadamente diferentes.
La cocina croata contiene mucho queso, salchicha, jamón, mariscos y carne. La pasta también es básica: Manistra na pome –un platillo de pasta con salsa de tomate– es una elección preferida.
Si nos fijamos en Bosnia, se consume mucha res y cordero. Los platillos tradicionales de carne y arroz como el sarma y rastika son platillos populares que tienden a incluir pimiento, col, tomate, papas, pepino y zanahoria. Esta cocina también usa mucho queso y crema.
Si nos movemos a España, la dieta tradicional es alta en carbohidratos –incluyendo mucho arroz y papa. Hay mucho más énfasis en mariscos, huevos, embutidos, puerco y queso.
Cuando nos enfocamos en Italia, podemos notar una dieta que varía ampliamente dentro del mismo país. Algunas regiones sirven una cocina más enfocada en granos, mientras que otras lo hacen más en carne. No todo es pizza y pasta.
Entonces, si te alejas de Pioppi y regresas a tu estilo de vida típico –con una mala alimentación, falta de actividad física, un estilo de vida muy apresurado y un nivel de estrés muy elevado– es fácil entender cómo es que nuestra salud se ha deteriorado tanto.
En cuanto al aspecto de la comida del estilo de vida mediterráneo, el enfoque se mantiene en comer alimentos enteros y auténticos, con un énfasis en el aceite de oliva, vegetales y poca azúcar –algo que se manifestó en las diferentes regiones. A pesar de que los países mediterráneos varían en sus enfoques culinarios, la lección principal es evitar los productos modernos de comida procesada, empaquetada y genéticamente modificada.
Aparte, el jarabe de maíz de alta fructosa no es un ingrediente típico, ni el GMS (glutamato monosódico) o el edulcorante artificial. La preparación de comida es una proceso lento hecho con amor y apreciación por los ingredientes.
Podemos aprender grandes lecciones de la dieta mediterránea, sólo necesitamos reconsiderar la manera en que la vemos –más allá de la comida, por el estilo de vida en conjunto.