Debemos tomar en cuenta que tanto para llegar a la obesidad, como a la ansiedad, existen diversos caminos, es decir, no siempre están relacionadas y hay varias razones por las que se presentan tanto uno como el otro.
Cuando se presentan situaciones que nos angustian o hay algo que nos preocupa -ya sea de manera consciente o inconsciente- se genera ansiedad. Este es un sentimiento que podríamos describir como algo que nos hace sentir nerviosos y tal vez no identificamos exactamente qué es.
DESCUBRE MÁS: La tiroides y el sobrepeso: ¿Mito o realidad?
La ansiedad se puede manifestar de distintas maneras. Existen personas que al sentir ansiedad tienen un sentimiento de ahogo o de una gran desesperación y para hacerlo desaparecer recurren a distractores para disminuir la ansiedad, uno de ellos puede ser la comida, ya que comer nos trae cierto placer, nos hace sentir «llenos» y posiblemente acompañados.
Sin embargo, cuando esto se vuelve nuestra «salida» constante ante la ansiedad, lo que podría ocasionar es obesidad. Es decir, que la obesidad muchas veces es la muestra de que algo está pasando emocionalmente y, en ocasiones, puede funcionar como una defensa.
DESCUBRE MÁS: Dismorfia corporal: qué es, síntomas y cómo se trata
La comida siempre nos hace sentir satisfechos, felices. A veces, cuando nos sentimos tristes, un chocolate o un helado nos hace sentir mejor. La comida nos revitaliza, pero el exceso de este medio para sentirnos mejor podría afectar nuestra salud.
La obesidad, como muchas otras condiciones de salud, revela un desequilibrio tanto físico como emocional y debemos considerar que tal vez el problema no es en sí la comida, si no el significado que nosotros le damos a ésta, como por ejemplo un refugio, una forma de evitar sentir ansiedad o si está llenando los vacíos emocionales que tenemos.
Es importante identificar estas situaciones para poder resolver el problema de obesidad.
DESCUBRE MÁS: Obsesión por la delgadez: cómo inicia y cómo se trata
Algunos puntos importantes que nos podrían ayudar y que debemos considerar los siguientes:
– Recordar que toda enfermedad física tiene un componente emocional.
– Si nos sentimos atrapados a causa de sentimientos de ansiedad, se debe recurrir a un especialista en salud mental.
– Resolver los problemas desde su origen podría ayudarnos a evitar que se repitiera la misma situación. En el caso de la obesidad, si está siendo ocasionada por ansiedad, hay que trabajar en disminuir esa sensación para que el problema en realidad se resuelva y no sólo sea un paliativo.
– Así como nuestra mente elige como distractor la comida, se pueden elegir otros distractores que sean más benéficos y que nos hagan sentir bien como hacer ejercicio.
– La obesidad y la ansiedad son problemas constantes los cuales deben tratarse con especialistas tanto en nutrición como en salud mental. Actualmente existen instituciones especializadas en tratar desórdenes alimenticios.
Con información de:
Psic. Xochitl González Hidalgo
Clínica de Asistencia de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM). www.spm.org.mx
Si quieres reducir el hambre, la nutrcionista María José Jara te da algunas recomendaciones.