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Por. Alex Giardini
Todos tenemos miedo al fracaso, ya sea porque no podrás vivir contigo mismo o porque sientes que te dirán que te advirtieron que no dieras ese paso en falso.
Cuando fracasas parece bastante obvio decir que lo intentaste, aprendiste y obtuviste algo de tu experiencia. Sin embargo, algunas consecuencias son más severas que otras, lo que puede llevar a trastornar la vida de alguien si puso más que su corazón y su alma en un proyecto.
Basado en las investigaciones realizadas por el Journal of Experimental Social Psychology, el autor Travis Bradberry nos aclara un poco sobre el tema del fracaso. Él afirma que la mejor respuesta al fracaso se encuentra en tu enfoque. Tienes que evaluar tus resultados y ver cómo convertir tu fracaso en una ventaja, antes de que te olvides de tus ambiciones.
Piensa en el fracaso como un paso hacia el éxito. Bradberry da ejemplos como los 1,000 intentos de focos de Thomas Edison o los problemas editoriales de J.K. Rowling. Sin embargo, no hay que centrarse en grandiosas historias de éxito para enfrentar la realidad de que todo el mundo fracasa a diario.
Todo depende de lo que haces y cómo piensas, y cómo tus acciones pueden llevarte a triunfos inesperados en el futuro. Esto determinará la manera en la que permaneces positivo no sólo para ti mismo, sino para otros con los que hayas trabajado.
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El primer paso es darte las malas noticias a ti mismo, sin huir de lo que pasó. Mantenerte en silencio no te va a ayudar y tampoco ser cobarde. Ser honesto contigo mismo es vital. El segundo paso es ofrecer explicaciones, pero no excusas.
Tener un plan para arreglar las cosas te ayudará enormemente, ya que tienes que ofrecer soluciones sobre cómo puedes solucionar algo o buscar una alternativa decente.
Eso coincide con tener un plan de prevención, o al menos, un plan de acción para que evites cometer los mismos errores otra vez. Es una buena manera de asegurar a los demás y a ti mismo que cosas positivas pueden salir de los fracasos, y te permite volver por el buen camino, en lugar de quejarte continuamente del golpe que te noqueó en primer lugar.
Lo más importante es que no seas inseguro cuando sigas hacia adelante. El fracaso te hará dudar sobre futuros intentos. Tómate un poco de tiempo para procesar lo que hiciste mal; después, no esperes para continuar tu camino.
Sé optimista también, porque el fracaso no es permanente y debería de ser usado como la base para algo mayor. El optimismo nunca muere y si puedes dejar ir tus fracasos porque puedes ver más allá en tu futuro, será más difícil destruirte.
Por último, el fracaso es producto de tu perspectiva. Si puedes usar tus caídas para enfocarte en lo que hiciste bien y en cómo harás para no cometer los mismos errores otra vez, podrás usarlo para fortalecerte a ti mismo, enfocándote en los resultados y en cómo pueden determinar tu futuro.
