Se sabe que el calentamiento global, a causa del cambio climático, está dejando muchas consecuencias en el planeta. Por ejemplo, afecta a algunos placeres de la vida como la producción de chocolate y de cerveza. En esa misma línea, se puede sumar a un nuevo problema: el sexo.
Según el estudio Maybe Next Month? Temperature Shocks, Climate Change, and Dynamic Adjustments in Birth Rates, de la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos, el clima caluroso provoca una disminución de la frecuencia sexual.
Para llegar a esta sorprendente conclusión, los economistas analizaron 80 años de datos sobre fertilidad y el aumento de la temperatura. Descubrieron que cuando hay más de 26,6°C se produce una considerable caída en la tasa de nacimiento durante los 10 meses posteriores.
Las razones son bien simples. Las altas temperaturas provocan que la gente sude más y por ende propicia la aparición de olores no muy agradables. Entonces en esas condiciones las personas están menos interesadas en tener sexo.
Todo esto trae sus consecuencias, principalmente para la economía de los países desarrollados. Por ejemplo, una tasa de natalidad baja en Estados Unidos implica un problema a la hora de hacerse cargo de los jubilados. Por lo mismo, hace unos días en China descartaron la política del hijo único para permitir que las parejas tengan dos hijos.
En contraste, en otoño e invierno hay más frecuencia de relaciones sexuales, lo que significa que nacerán más bebés en verano. Esto trae un problema para las embarazadas, ya que, sus hijos son más vulnerables a complicaciones de la salud a causa de la deshidratación y golpes de calor.
Por otro lado, algo que compensaría esta disminución es el aire acondicionado y que según este estudio podría traer efectos afrodisíacos. Así que si no quieres sufrir de estas consecuencias, sólo tienes que encenderlo.