Hay varios factores que influyen en la posibilidad de que una mujer desarrolle un cáncer de mama. Sabemos que la genética es importante; las mujeres con antecedentes de este tipo cáncer en la familia deben tomar precauciones extra.
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Sin embargo, el estilo de vida y los hábitos también pueden aumentar o reducir los riesgos de sufrir cáncer de seno. Un estudio publicado en JAMA Internal Medicine descubrió que la dieta mediterránea puede aplacar los riesgos.
Luego de hacer un seguimiento a 4.152 mujeres durante cuatro años, los especialistas descubrieron que las que alimentaban con esta dieta —basada en vegetales, frutas, granos, cereales y aceite de oliva como grasa principal— tenían un 68% menos de posibilidades de desarrollar este tipo de cáncer.
Como se detalla en The New York Times, el aceite de oliva juega un papel importante en esta dinámica. El profesor Miguel A. Martínez-González de la Universidad de Navarra en España destacó este descubrimiento:
Son muy buenas noticias. Esta es la primera vez que un patrón alimenticio demuestra una reducción real del riesgo de padecer cáncer de mama.
La alimentación sana es clave y los efectos positivos que tiene el aceite de oliva en el colesterol también ayudan a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Las mujeres que evitan las grasas dañinas tienen mejor colesterol y si además cuidan de sus demás hábitos, pueden estar tranquilas sabiendo que lo demás sólo depende de la genética, no de una mala calidad de vida.
