Su música está llena de ritmos que vienen y van, que te llaman a mover las caderas y a envolverte en un mundo aparte. Practicar danza árabe es muy agradable, y lo digo basándome en mi propia experiencia.
Cuando decidí inscribirme en estas clases, no sabía qué esperar realmente, sólo tenia claro que había algo que me llamaba la atención de ese baile y quería conocerlo en detalle.
Lo primero que observé cuando llegué a mi primera clase, es que había mujeres de todas las edades. Chicas jóvenes, mujeres adultas y mayores, todas reunidas por el mismo objetivo: bailar y mover la caderas.
En el momento en que empieza a sonar la música, tu mente se traslada a otro lugar, a otra cultura distinta a la propia. Esa mística te llama a despertar tu sensualidad, a moverte con suavidad, pero con confianza.
Este baile no discrimina entre tipos de cuerpo, altura, tamaño o peso. Cualquier mujer que tenga ganas puede hacerlo, y además de ser muy entretenido, ayuda a tonificar los músculos del abdomen y las piernas de manera increíble.
La danza del vientre es como una recarga inmediata de autoestima y una opción ideal para las mujeres que aman el baile, pero que no quieren hacer ejercicio en un gimnasio para estar en forma.
Una vez que te decides a probarlo, te das cuenta de que no importa cómo luzcas, la sensualidad está dentro tuyo, al igual que en todas las mujeres. Además, si quieres tener una cintura de avispa, también la puedes obtener si te conviertes en odalisca.