Para las que tuvimos de esas infancias llena de juegos al aire libre o disfraces y libre de teléfonos celulares o tablets, saltar la cuerda era uno de los mejores panoramas que podían existir.
Siempre había una chica que manejaba la técnica a la perfección y nunca se tropezaba con la cuerda; ella, obviamente, era la envidia de todas. Ahora que somos adultas, tomar una cuerda y saltarla puede parecer un poco infantil, pero la verdad es que los beneficios que hacerlo tiene para nuestra figura son más de los que creemos.
Saltar la cuerda puede ser un método muy efectivo para calentar los músculos antes de hacer otro ejercicio, como andar bicicleta o salir a trotar. También es genial para terminar una rutina de ejercicios intensa, aunque se puede hacer sesiones de entrenamiento sólo con la cuerda y serán increíbles para la pérdida de grasa.
Es uno de los ejercicios que más calorías queman y según un artículo de Vogue México publicado en junio de 2014, saltar la cuerda es un deporte cardiovascular ideal para las personas que no tienen mucho tiempo para ejercitarse, pero que quieren mantenerse en forma.
Lo que sí es importante, es que al contrario de como lo hacíamos cuando éramos pequeñas, saltar la cuerda como ejercicio requiere de disciplina y seriedad. Es clave mantener una buena postura, usar zapatillas de buena calidad y empezar de a poco.
Al ser un deporte de mucho impacto, debemos cuidar nuestras articulaciones. Si se mantiene la cabeza recta y la mirada hacia al frente, los codos cerca del cuerpo, las rodillas un poco flexionadas y el torso recto, el ejercicio será mucho más efectivo y seguro.
Además de lo estético, saltar la cuerda puede ayudar a mejorar el equilibrio y coordinación, fortalecer los huesos y, según el portal Fitness Revolucionario, puede ser incluso más efectivo que correr; saltarla durante 10 minutos equivale a trotar durante media hora a un ritmo regular.