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Inteligencia emocional: el secreto del éxito

El manejo de crisis, don de palabra y la resiliencia son características de una persona emocionalmente inteligente.

Si de algo estoy segura, es que varios quisiéramos tener la capacidad de manejar nuestras emociones de mejor manera para evitarnos algunos problemas en la vida. La inteligencia emocional es la capacidad de identificar y monitorear las emociones propias y ajenas para una mejor relación con nuestro entorno.

El psicólogo y reconocido por sus estudios en el tema, Daniel Goleman, compartió en su columna de The New York Times una serie de características que diferencian a las personas “normales” de las que se encuentran al frente de grandes empresas o que mueven grandes masas de personas. El argumenta que esa diferencia radica en el autocontrol y autoconocimiento.

En su libro, Inteligencia Emocional, rescata una definición de la Harvard Business Review sobre el concepto:

La inteligencia emocional es una noción arrolladora, una de las ideas más influyentes de la década en el mundo empresarial.

Y es que se ha confirmado la relación que existe entre las personas con un excelente manejo de crisis, don de palabra y resiliencia con su capacidad de liderazgo. Cabe mencionar que no solamente en el ámbito de los negocios sobresalen estas personalidades, podemos tener amigos cercanos o incluso nuestra pareja es una de ellas.

Como lo mencionaba, Goleman puntualiza algunas características de los emocionalmente inteligentes. Si eres uno de ellos, seguramente te sentirás identificado:

Te conoces a la perfección

  1. Todo el mundo cree que se conoce muy bien, pero pocos saben proyectarlo frente a otros.
  2. Tienes bien ubicadas tus fortalezas y limitaciones, por lo tanto sabes hasta dónde puedes hacer las cosas y en qué punto debes delegarlas.
  3. Una persona que se conoce, confía en sí mismo. Esto no quiere decir que crea poder con todo, sino reconocer lo que está dentro de sus posibilidades y pedir apoyo para lo demás.
  4. Eres capaz de entender lo que sientes. Si estás enojado conoces la razón y eso te ayuda a controlarlo y manejarlo de manera positiva.

Tienes autocontrol

  1. La presión no es una amenaza para ti y sabes manejarte en medio de una crisis porque no entras en pánico.
  2. Cuando expresas tu inconformidad, también propones una solución. Le dices a la gente cuál es el problema, pero también cómo resolverlo.
  3. Todo el tiempo encuentras una motivación, un nuevo reto y un objetivo. Pocas veces optas por el confort, y si lo haces, te das cuenta inmediatamente y lo eliminas.

Eres empático

  1. Aceptas otros puntos de vista y sabes cómo hacer que los demás comprendan tus palabras. Tu capacidad para percibir y leer a los demás te ayuda a hacer una comunicación más efectiva.
  2. Escuchas más de lo que hablas, cuando otros hacen todo lo contrario.

Relacionarte es fácil

  1. Eres tan claro en tus opiniones, que cuando terminas de comentar algo los demás se sienten más motivados sólo de escucharte.
  2. Tu carácter es alivianado y eres ligero con las personas, por esta razón a la gente le gusta estar contigo.

La inteligencia emocional va más allá del “pare de sufrir” o  evadir los sentimientos para tener éxito. Consiste en canalizar las emociones hacia una mejor convivencia con lo que nos rodea; tanto con personas como en situaciones específicas.

 

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