Tener un buen pH tiene directa relación con el equilibrio entre lo ácido y lo alcalino. La forma de saber si tenemos un buen pH es midiendo los niveles de acidez y alcalinidad en la sangre y cuando la cifra es de 7,4, es ideal.
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Se ha descubierto que una de las claves para llevar una vida sana y sentirse bien es mantener un perfecto equilibrio de nuestro pH; cuando esto se altera, es probable que el cuerpo se resienta y a la larga, manifieste problemas de distinto tipo.
Según un artículo publicado en 2013 por el sitio Bío-Bío Chile, un cuerpo “alcalino” está mucho más protegido ante las agresiones del ambiente y un exceso de acidez hará que estemos más vulnerables a contraer virus o bacterias porque “nuestra sangre, células y órganos viven en un ambiente hostil”.
Poco se sabe o se habla sobre la importancia del pH de la sangre en la salud de las personas. El concepto más próximo a acidez que tenemos es cuando sentimos esa sensación de quemazón en nuestro estómago o garganta.
La acidez es mucho más que eso; un cuerpo con altos niveles de acidez tiene un pH bajo y es probable que se desarrollen problemas en la piel, dolores de cabeza, cambios en el peso o también sensaciones de ansiedad o temor.
Podemos comer algunos alimentos que nos ayudarán a mantener la acidez de la sangre a raya y también, un pH equilibrado. Pero primero, tengamos claro cuáles son las comidas o bebestibles que no contribuirán a este equilibrio.
Según el artículo citado anteriormente, el café, alcohol, bebidas gaseosas, frituras, azúcar refinada, chocolate, mermelada, harina blanca, zumo de jugos envasado, arroz y la carne roja harán que tengamos mayores niveles de acidez.
El sitio MindBodyGreen nos da algunas pistas sobre los alimentos que nos ayudarán a regular este desequilibrio y estos son, por ejemplo, el apio, el té de manzanilla, los granos en general, la algarroba y las almendras.
