Esta semana hay muchas cosas que hacer; trabajar, arreglar unas cuantas cosas pendientes en el hogar, ver a las amigas, compartir con el novio, etc, etc, etc.
Si seguimos con esta lista, es probable que nos demoremos bastante en terminarla. En realidad, a veces ni siquiera hace falta una lista para darse cuenta de las cosas importantes que tenemos que hacer, y una de ellas es preocuparnos de nuestra vagina.
Sí, tal cual. Así como cuando tenemos dolor de estómago o de cabeza nos preocupamos y buscamos una solución inmediata, lo mismo deberíamos hacer con nuestros genitales.
La vagina es una parte muy importante del cuerpo, y descuidarla hará que desarrollemos problemas que son evitables, en la mayoría de los casos.
Nuestro estilo de vida también puede influir en la salud genital; si llevas una vida sana, lo más probable es que tu vagina también lo esté. Hay ciertas señales que podemos sentir desde allá abajo, y que debemos tomar en cuenta.
Lo primero que debemos saber es que el estrés puede producir estragos en la salud de tu vagina. Cuando tenemos demasiadas preocupaciones en la cabeza, la respuesta automática es un menor flujo vaginal, y por ende, mayor tendencia a sufrir infecciones.
Lo segundo, es que si abusamos de los carbohidratos, también podemos aumentar las posibiliades de tener infecciones vaginales.
Según Bustle.com, las comidas y bebidas que tienen exceso de azúcar, como los pasteles, galletas, la pizza y el acohol pueden elevar el nivel de glucosa en la sangre y dejar las células de la vagina más expuestas a las bacterias.
Por último, si sientes molestias, sensación de ardor o dolor al tener relaciones sexuales, no esperes a que tu vagina sufra las consecuencias. Lo más probable es que te des cuenta cuando algo anda mal, y es por eso que debemos preocuparnos de inmediato.