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Andrea Velasco, actriz y músico: los secretos de un talento imparable

Hiperkinética y busquilla. De niña tuvo que tomar ritalín, pero hoy agradece su forma de ser. Estudió teatro, música y también ha realizado cursos de danza contemporánea, pese a que su familia –de gran tradición política– no estaba de acuerdo. al fin lanzó su primer disco solista (EP) “Piñata”, y está lista para volver a grabar una nueva teleserie en marzo. tiene cuerda para rato.

Por Jessica Celis Aburto.

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Estudió teatro como carrera universitaria, música de forma paralela, y desde niña hizo cursos y diplomados de danza moderna. Andrea Velasco Alessandri (33) es entusiasta, expresiva y muy perfecccionista. Detallista. Matea. Y va por todas sus pasiones.

Siempre supo que el arte era lo suyo, aunque a su familia, de fuerte tradición política (es tataranieta del ex presidente Arturo Alessandri, y nieta del radical Eugenio Velasco, exiliado durante la dictadura), no le hizo ninguna gracia cuando optó por el camino artístico. «Ser artista en Chile es muy difícil. Siempre toqué puertas en el mundo de la actuación, y paralelamente siempre seguí en la música. Que recién haya podido hacer mi disco es porque ha sido mucho más difícil concretarlo. Es el fruto de un largo trabajo y luego de varios intentos. He estado en varias bandas de rock y pop pero es difícil, sobre todo cuando decides ser solista. Tenía mucho miedo con el tema de la composición, y al final armé un equipo de compositores y amigos, lo que fue clave», explica.

¿Cómo fue ese proceso?
No tenía claro con qué sonido iba a debutar. Tengo muchos referentes. Escucho desde rock, pop, soul, hasta rock argentino ochentero y noventero, todas las cantantes afro americanas, muchas de las bandas rockeras chilenas indies también. ¡Tengo una mezcolanza! (risas)… Por lo que decidir a priori un estilo habría sido encerrarse y limitarse. No puedo describir mi proyecto, y qué fome sería si así fuera. Hasta el momento no he recibido ningún comentario que diga que se parece a… El haberlo grabado en Los Angeles (Estados Unidos), y con músicos que vienen de todo el mundo, creo que permitió que eso pasara.

¿Qué estás escuchando en estos momentos?
Blood Orange, Jungle, y estoy atenta a los lanzamientos chilenos. Me gustan mucho Pedro Piedra, Astro, Niño Cohete.

¿Las letras son tuyas?
Sí. Escribo un montón, también teatro y hasta algunos poemas. En este caso fue un viaje. Quise hablar de este viaje en el que después de 3 años debuto con mi disco solista. Es un poco una fiesta. De ahí también sale el nombre («Piñata»). Tiene que ver con el verano, la felicidad, escaparme del invierno chileno para trabajar en Los Angeles. Entonces hablo de amor, de escapar, viajar. Las letras iban por ahí, pero las melodías también te dan harto. Cuando hay una melodía que te empieza a tirar una buena onda, saca eso. La música muchas veces te da la idea para empezar a escribir. Altiro hice la asociación con el lugar de veraneo de toda mi vida en el sur de Chile, entonces hablo de eso.

Lo estético, me imagino que juega un papel fundamental también. Se ve en la portada del disco.
Sí, todo está súper, súper pensado (risas). Soy terrible… Veo el ser artista como un todo. Ojalá quienes lo somos podamos desarrollar al máximo todas las capacidades que tenemos. Al menos tengo esa energía, y si el día de mañana me dicen que hay que hacer un video tirándome en paracaídas, me pondré a entrenar y lo haré. Así soy, siento que no hay límites. En el caso de la estética es algo importante en este proyecto. Es lo que buscamos en la fotografía análoga de las portadas, que la hicimos con mi amiga Paz Ramírez, cineasta. Ir a sacar esa foto en estudio, encerrada y con efectos especiales no tenía ni un sentido porque el disco es verano, alegría, agua. Y el hecho que sea borrosa nos gusta mucho. Se hizo con una cámara con rollo, buscamos que sea así. Me acordé de nuestras fotos de verano cuando éramos chicas: tenían esos granos, y quería eso. La gran discusión al decidirla fue que mi cara debía verse nítida, parecida a lo que la gente recuerda de mi trabajo actoral, pero no buscaba eso. El que se interese en saber de mi otro lado, me va a encontrar igual.

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Los últimos años no has parado. Cine, televisión y ahora música. ¿Qué piensas de todo lo que has logrado y vives hoy en lo laboral?
Que tengo mucha suerte. Justo termino de grabar una teleserie, me voy a Estados Unidos a grabar y vuelvo con esta mochila maravillosa. Ahora tengo tiempo para dedicarle a este proyecto, y ya vuelvo a grabar en marzo otra teleserie (TVN). Sí, creo que hay un factor suerte, pero también de pilas. Soy así. Si el día de mañana no sale un proyecto o contrato, lo voy a armar. No sirvo para quedarme sentada en la casa.

¿Todos quieren a Andrea?
(Risas) ¡Ojalá! ¡Por mí que me sacaran el jugo a morir! En este momento me siento con pilas para todo, capaz de hacer muchas cosas y con ganas de mejorar muchas, de aprender. Al final uno nunca para de aprender. Me siento súper chica en ese sentido. Cuando me dicen que hecho muchas cosas en mi carrera, digo «¡Para! Todo de nuevo. ¡He hecho súper poco! Quiero llegar mucho más lejos». La música me ha abierto puertas maravillosas afuera, al igual que las películas. Me escriben de México, de Perú, ¡es demasiado lindo!

Tienes más de 60.000 fans en Facebook, y casi 58.000 seguidores en Twitter. Es harto.
Creo que todo el ritalín que me metieron en la infancia no sirvió de nada (risas). Agradezco mi hiperkinesis. Tengo hambre de hacer cosas todo el rato, y no para dejarlo tirado, sino para desarrollar proyectos.

¿Qué te dice tu familia?
¡Ahora están felices! (risas). Y con el tema de la música como que no lo pueden creer, porque siempre me escucharon hablar de las tocatas con no se quién, que la tocata de… Mi hermano mayor es abogado y músico, y siempre fue mi partner en mi parte musical. Finalmente creo que mis papás vieron el esfuerzo, en lo que estamos, las pilas, las ganas. Ellos están atentos en lo que estoy y fueron a mi segunda tocata. Estaba toda la familia sentada en una mesa larga. Mi mamá ahora postea mi música en su Facebook. Además a todos les gustó, lo que es un agrado, porque podría no haberles gustado. Les encantó el primer single y me prestaron la casa del sur para grabar el video clip, ¡están contentos!

Verlos felices por tu elección me imagino que te llega de manera especial, luego de su recelo por estudiar Teatro.
Sí, eso me da pilas también. Estuve muchos años, como millones de compañeros, peleándola como actriz porque el medio es difícil y muy inestable. Trabajé en todo lo que se te puede ocurrir, desde una tienda como vendedora hasta haciendo clases como ayudante. Ver cómo tu trabajo da frutos es una tranquilidad y calma, pero a la vez uno tiene que saber seguir. No me puedo quedar sentada esperando oportunidades, porque el mundo teatral es difícil.

¿Cuándo te sacas las pilas?
No sé cuando (risas)… ¿Sabes cuando realmente logro eso? Cuando me voy de vacaciones por una semana y sé que volveré de cabeza a un proyecto.

Ni pensar irte de vacaciones sin tener qué hacer después.
No, me muero de susto.

CON LA POLÍTICA EN LAS VENAS

Tu lado político ha salido, por ejemplo, cuando has apoyado públicamente causas como el movimiento estudiantil o a tu tío Andrés Velasco. ¿Cuál es tu causa actual?
Estoy bien tranquila y medio fugada de los temas políticos. Sí debo decir que lo que más me impresiona ahora es el tema de la salud, pero como hay tanto lío con el tema tributario…

¿Andrés Velasco te ha pedido mantener silencio cuando los periodistas quieren saber tu opinión sobre temas noticiosos, como que ahora su nombre se ha vinculado al caso Penta?
No nada. No hablo de él, y lo que hay que hablar se hace en la casa y listo. Lo he apoyado en sus campañas y lo seguiré haciendo, pero jamás habrá algún cuchicheo político de mi parte.

¿Eres cercana a él?
Sí, muy cercana. Todos los Velasco lo somos.

¿Has sido cuestionada o criticada por venir de una familia con gran tradición política, y que económicamente tiene buena situación?
Sí, siempre ha habido prejuicios, pero lo que te mata te hace más fuerte no más. Pasé por eso en la universidad, y de repente lo sigo pasando en los circuitos laborales. Siempre va haber alguien que tenga prejuicios, que cree que todo se te dio fácil porque vienes de una familia con buena situación económica. Es divertido porque la gente se olvida que también hay problemas, que no son de sobrevivencia pero sí emocionales o que tienen que ver con cosas que el dinero no arregla. He logrado hacerme de gente alrededor de todas partes del mundo. Tengo muchos amigos de todos lados, y que se dedican a cosas distintas a lo mío. Creo que finalmente hay que ser perseverante, y la gente se da cuenta que uno lo hace en serio, lo valora porque ven que lo haces con ganas.

Tu familia está llena de intelectuales y muchos abogados. ¿Nunca te sentiste presionada o mal mirada por no haber seguido ese camino?
No, para nada. Podría haber estudiado Leyes perfectamente, éramos todos mateos, pero tenía claro lo que quería.

EL FLÚOR LA LLEVA

Volviendo al tema de la estética, ¿te ocupas de la moda?
Sí, me encanta, pero me cuesta mucho acá en Chile porque el XS es difícil de encontrar. Me gusta estar mirando, cambiando, variando. No soy pegada a lo que está de moda como tendencia. Me gusta mucho el look que mezcla elegancia y rock. Vivo en esa bipolaridad (risas). Admiro la elegancia de mi abuela, de mi mamá, de mi familia americana también, como de Hollywood de los 50, y la época del pop art en Nueva York.

El brillo es lo tuyo.
Sí (risas), pero también tengo mi lado informal, medio hip hopero y más rockero. Me gusta la mezcla de lo elegante con lo rockero.

Blanca Lewin llegó vestida con jeans, zapatillas, chaleco y un cooler en la mano a la premiere de «Santiago Violenta», y Francisca García Huidobro barrió con ella. Otros opinólogos la defendieron, diciendo que se le está «poniendo mucho color» al tema del look en eventos. ¿Qué piensas al respecto?
Creo que hay que hacerse cargo, porque por algo te invitan. La familia de mi mamá me ha enseñado eso, y creo que mejor más que menos en casos así: mejor estar overdress a llegar en jeans y que estén todos de lentejuelas. La gente que organiza los eventos se preocupa que todo tenga cierta estética, que haya cierta elegancia, y es fome que uno no esté acorde a la situación. Soy súper matea en eso. Hay una actitud actoral como de rebeldía frente a la elegancia que en algún momento se entendió y adoptó, porque en los 80 y 90 era muy caro vestirse para ir a un evento especial, pero ahora ya no se justifica. Hay muchas tiendas y diseñadores que felices te prestan ropa, y también hay muchos vestidos muy bonitos y baratos. Creo que es muy entretenido jugar al glamour un rato. Si no quieres, mejor no vayas.

¿Con qué prenda, accesorio o outfit andas pegada este verano?
Me dio por lo flúor (risas). Me compré un maquillaje igual que he usado en tocatas y se ve muy bonito, medio fosforescente.

Una última pregunta: ¿estás en pareja?
Sí, pero no quiero hablar del amor porque después se me pican los fans (risas).

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